Las familias monoparentales, formadas en un 80% por madres solas, han acogido con «alegría contenida» la ampliación de los permisos de nacimiento y cuidados, aprobada este martes por el Consejo de Ministros. «Alegría» porque pasan de tener reconocidas, por ley, 28 semanas de permiso de maternidad, frente a las 16 semanas actuales, lo que supone la mayor ampliación de golpe de la historia. Pero la satisfacción es «contenida» porque la ampliación no les equipara completamente a las familias formadas por dos progenitores.
Así, el Real Decreto aprobado este martes por el Ejecutivo incrementa en una semana la prestación por nacimiento, de 16 a 17 semanas, para todos los progenitores, lo que supone un total de 34 semanas en las familias biparentales; mientras que para las monoparentales lo aumenta de 16 a 28 semanas. Es decir, podrán disfrutar de seis semanas menos. En cualquier caso, según Carmen Flores, la decisión implica un «avance muy importante«, que la presidenta de la Federación de Asociaciones de Madres Solteras FAMS atribuye al «esfuerzo de las madres que han acudido, en un auténtico periplo, a los tribunales para que sus hijos tengan derecho al mismo tiempo de cuidados que las familias biparentales».
De hecho, tras varias sentencias contradictorias entre sí, el Tribunal Constitucional reconoció en noviembre de 2024 que las familias monoparentales tienen derecho a 26 semanas de permiso de nacimiento, aunque el pronunciamiento no se ha llevado a la legislación y desde el fallo solo han conseguido esta baja ampliada las madres y padres ‘solos’ que lo han solicitado en los tribunales.
En este contexto, el Real Decreto aprobado este martes va más allá y reconoce que, a partir de ahora, podrán disfrutar de 28 semanas, lo que supone una «avance» respecto a las 16 semanas reconocidas hasta ahora por ley y el fallo del TC, pero sin llegar a la equiparación completa con las familias biparentales.
Además, el Gobierno ha aprobado dos semanas retribuidas de permiso para el cuidado de un menor, que se podrán disfrutar, de forma continua o discontinua, hasta que el menor cumpla ocho años. Estas dos semanas se suman a las ocho semanas del permiso parental aprobado en la pasada legislatura y que no cuenta con remuneración, por lo que es una especie de excedencia. En el caso de las familias monoparentales, las semanas retribuidas para el permiso de cuidados serán cuatro, por lo que dispondrán de un total de 32 semanas retribuidas (28 tras el nacimiento y cuatro hasta que el menor cumpla ocho años).
Las críticas
Por otro lado, la ampliación de los permisos de nacimiento y cuidados ha sido recibida con críticas por parte de la Plataforma por Permisos Igualitarios e Intransferibles, que agrupa a más de 100 organizaciones feministas y es la entidad que históricamente ha reivindicado la equiparación de las bajas de nacimiento entre padres y madres. La PPIINA lleva años solicitando que el diseño actual del permiso se modifique, no se obligue a padres y madres a disfrutar de seis semanas de forma obligatoria y conjunta tras el parto y se eliminen las «trabas» que dificultan que los padres cuiden de sus hijos en solitario, no a la vez que las madres.
De hecho, según la PPIINA, España es el país de la UE con más parejas que consumen el permiso de paternidad y maternidad a la vez, lo que dificulta la corresponsabilidad e impide alargar el tiempo en el que el bebé es cuidado por sus progenitores antes de que estos vuelvan a sus trabajos. Por eso, la entidad ha criticado este martes que el Ejecutivo, «en lugar de resolver las cuestiones legales que impiden a muchos padres asumir su papel en el cuidado«, apruebe una reforma que «profundizará aún más las desigualdades de género«.
A su juicio, con la ampliación de los permisos, muchas madres «quedarán fuera del mercado laboral de seis a ocho meses», juntando las 17 semanas por nacimiento, las dos semanas del permiso de cuidados retribuido, la lactancia y el permiso no retribuido, mientras que «la mayoría de los padres no se turnarán para cuidar y el tiempo toal de atención al bebé en el hogar no aumentará». Ante ello, la PPIINA ha considerado que el «Gobierno está dificultado el avance del feminismo, al perpetuar un modelo que consolida los roles tradicionales de género».
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