La cerveza es una de las bebidas alcohólicas más consumidas en España: 53 litros por persona en 2024.
Sin embargo, los españoles bebimos menos cervezas ya que, según el Informe Socioeconómico del Sector de la Cerveza en España, elaborado por Cerveceros de España en colaboración con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, señala que las ventas cayeron un 0,2%. Aun así, la caída es menos pronunciada que la del año 2023, que experimentó una diferencia negativa del 0,7%.
Su consumo, no obstante, se dispara durante el verano. Pero, a diferencia de lo que muchos pueden creer, la cerveza no nos hidrata lo suficiente, lo que puede ser peligroso en estas fechas.
«El alcohol es un diurético fuerte, lo que significa que su consumo deshidrata el organismo y las células. La perdida de sales minerales en exceso, junto a la sudoración estival puede producir desde bajada de tensión a desmayos», explica Isabel Merino, inmunonutricionista de la Unidad de Microbiota Vithas/Inmunomet del Hospital Universitario Vithas Madrid Arturo Soria y Vithas Internacional.
Y es que, la cerveza aumenta el riesgo de deshidratación, especialmente en verano, «porque inhibe la hormona vasopresina, encargada de la no pérdida del agua y solutos».
Pero sí es verdad que puede dar una falsa sensación de «refrescante». «Su consumo baja la temperatura de la garganta y boca, además de que la estructura molecular del alcohol se ve modificada por el frío de la nevera, dando la sensación de que la bebida es más refrescante y poco alcohólica, de lo que es en realidad», recalca la especialista.
La cerveza es una de las bebidas más consumidas en nuestro país / EFE
Podemos perder hasta 1 litro de agua
Como insiste Merino, beber cerveza en verano no es una buena opción para hidratarse. La deshidratación es la pérdida excesiva de agua y electrolitos que el cuerpo necesita para funcionar correctamente.
Es más común en verano debido a temperaturas elevadas, aumento en la sudoración y pérdida de líquidos por exposición prolongada al sol o actividades físicas intensas. Los síntomas iniciales de deshidratación en adultos incluyen sed, boca seca, cansancio leve, disminución del volumen urinario y orina más concentrada.
Cuando avanza aparecen síntomas como mareo, debilidad, confusión, palpitaciones y, en casos extremos, pérdida del conocimiento.
Cuanto mayor sea su graduación, mayor será también su efecto deshidratante
De hecho, «por cada 250 ml de cerveza que se consumen, el cuerpo puede llegar a perder hasta 1 litro de agua, lo que incrementa el riesgo de deshidratación», señala.
En cuanto a otras bebidas alcohólicas también muy populares, «cuanto mayor sea su graduación, mayor será también su efecto deshidratante». Esto quiere decir que el vino o los licores fuertes provocan una pérdida de líquidos aún mayor que la cerveza.
El consejo, para disfrutar de una cerveza en los días más calurosos sin poner en riesgo la salud, es acompañar cada vaso de cerveza con al menos dos vasos de agua.
Así se compensa la pérdida de líquidos y se evita una deshidratación severa, especialmente peligrosa en personas mayores o durante exposiciones prolongadas al sol.