El ogro disruptivo

La actitud claudicante europea frente a Trump ha desencadenado una especie de cisma en la UE, fundamentalmente entre las potencias sobre las que recae el liderazgo: Francia y Alemania. La primera se lamenta del papel sumiso y humillante en la negociación arancelaria, mientras que la segunda cree que el pacto comercial con Estados Unidos evitará daños mayores a la economía. Puede que sea pronto aún para saber el alcance de unos resultados económicos, lo que sí inquieta, sin embargo, es la aceptación resignada de las reglas del juego que impone el nuevo líder mundial que no cree en los acuerdos multilaterales, que desconfía de la OMC y considera a sus socios estratégicos europeos competidores comerciales a batir.

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