La junta de gobierno local se reunirá el jueves, 31 de julio, en una última sesión antes de las vacaciones y, además de aprobar el anteproyecto de renovación de ordenanzas fiscales para el ejercicio 2026, tiene previsto dar un paso administrativo más para poder retirar del Balcón del Guadalquivir el un día bautizado como avión cultural y hoy en día poco más que un puñado de chatarra. La retirada de la aeronave que en la antesala del 2016, el año en el que Córdoba aspiró a ser Capital Cultural Europea, se instaló junto al río es una promesa del actual equipo de gobierno. Hasta el momento, el compromiso del Partido Popular no ha podido materializarse porque el Ayuntamiento de Córdoba ha tenido que localizar, en primer lugar, al propietario del aparato: Francisco Agulló, el piloto suizo de origen español que lo donó en 2011.
El dueño no lo quiere
Así, una vez que el dueño del avión ya ha comunicado oficialmente que no lo quiere, la junta de gobierno local acordará, en primer lugar, no revertir la propiedad de la aeronave a favor de Francisco Agulló. En segundo lugar, procederá a desafectar el avión al dominio público, de este modo, perderá la condición de bien demanial y pasará a tener consideración de bien patrimonial. Dicho de otro modo más sencillo, el avión dejará de estar condicionado o vinculado a un uso determinado a ser propiedad del Ayuntamiento que podrá hacer con él lo que estime oportuno. Asimismo, se anotará la aeronave a la ficha del Inventario Municipal con su nueva calificación y se notificará el acuerdo a Francisco Agulló como donatario del bien.
La delegada de Gestión, Cintia Bustos, junto al avión cultural. / CÓRDOBA
El procedimiento para la reversión y retirada del avión se inició el pasado mes de febrero, si bien había sido una reclamación vecinal de los últimos años, ya que el avión se había convertido en pasto del vandalismo. Fuentes municipales confirman a este periódico que aún no hay fecha para que la retirada de la aeronave se haga efectiva, aunque en lo político se confirma la intención de deshacerse de él.
Historia del avión
El avión del Balcón del Guadalquivir es un modelo Douglas DC7-C, con una longitud de 34,21 metros y un peso superior a 33.000 kilos que se fabricó en el año 1957. Su propietario lo adquirió en el año 2009, después de localizarlo abandonado en un hangar del aeropuerto de Córdoba junto a otra unidad idéntica. Una de las aeronaves fue donada al Museo de la Aviación de Francia, mientras que la otra se cedió al Ayuntamiento de Córdoba.
Uno de los requisitos planteados por Agulló para que se instalara en el Balcón del Guadalquivir fue que se utilizara para la promoción cultural de la ciudad, con especial atención a los artistas emergentes. Sin embargo, aunque se diseñaron varios proyectos para su uso, como una zona de exposiciones en su interior, todos resultaron fallidos al no adecuarse a los requisitos municipales.