Estados Unidos y la Unión Europea han logrado esquivar in extremis una guerra comercial total. Sin embargo, el precio del entendimiento será alto para algunos de los sectores más emblemáticos de la economía europea. El nuevo acuerdo arancelario firmado por Donald Trump y Ursula von der Leyen establece un gravamen del 15% sobre la mayoría de los productos exportados desde la UE hacia EEUU, golpeando de lleno al vino, el aceite de oliva y el sector del lujo, entre otros.
El pacto, sellado en Escocia a solo tres días del límite fijado por la Casa Blanca para aplicar un arancel del 30%, ha sido recibido con alivio contenido en Bruselas. Aunque supone una rebaja frente a la amenaza inicial, en la práctica consolida un nuevo escenario comercial más costoso y menos competitivo para las exportaciones europeas.
España: impacto contenido, pero golpe en sectores clave
En términos globales, España parece esquivar lo peor del acuerdo. Solo un 5% de sus exportaciones tienen como destino Estados Unidos. Sin embargo, el impacto no será homogéneo: varios sectores estratégicos sí se verán directamente afectados.
El vino es uno de los productos más expuestos al nuevo arancel del 15%. Según la Federación Española del Vino (FEV), en 2024 las exportaciones a Estados Unidos alcanzaron los 390 millones de euros, siendo el segundo mercado para el vino envasado y el primero para el espumoso.
Este gravamen puede elevar precios y reducir competitividad, en un momento en el que el euro fuerte ya encarecía los productos europeos en el mercado norteamericano.
El aceite de oliva, otro emblema de la agroindustria española, también sufrirá el impacto. Según el Ministerio de Economía, de los más de 3.500 millones de euros exportados en productos agroalimentarios a EE.UU., más de 1.000 millones corresponden al aceite.
La medida podría provocar una pérdida de cuota de mercado en favor de competidores como Túnez, Grecia o incluso California.
El acuerdo tampoco ofrece tregua al sector del lujo, que queda sujeto al nuevo arancel del 15%. Aunque algunos gigantes como LVMH (Louis Vuitton, Dior) han señalado que podrán absorber el impacto mediante subidas de precios o relocalización de producción —ya tienen cuatro talleres en Texas—, otros, como Kering (Gucci, Balenciaga), rechazan esa vía.
Para las marcas de lujo italianas y francesas, que hacen de la producción europea parte de su identidad, trasladar procesos a EE.UU. puede dañar su posicionamiento de marca.
Otros sectores afectados por los aranceles
Además del vino, el aceite y el lujo, otros sectores europeos también sentirán el nuevo marco arancelario:
- Maquinaria y material eléctrico: En 2024, España exportó más de 4.000 millones de euros en este tipo de productos.
- Manufacturas de vidrio, metales y piedra: Con exportaciones superiores a los 1.000 millones de euros, estas industrias tendrán que absorber parte del coste o perder competitividad.
- Cosmética y farmacéutica: Aunque los medicamentos no han recibido un trato particular, su volumen (140.000 millones de dólares en exportaciones) los convierte en una incógnita clave.
- Automoción: Aunque se reducen los aranceles del 27,5% al 15%, el impacto sobre el coste final seguirá siendo significativo.
Exenciones parciales y ganadores del acuerdo
No todo son pérdidas. El pacto contempla «arancel cero» para sectores como la aeronáutica y ciertos productos químicos, además de compromisos europeos por valor de 1,35 billones de dólares en compras de energía y material militar estadounidense.
Por otro lado, el sector automotriz alemán se apunta una pequeña victoria, al lograr reducir los aranceles que Trump había disparado al 27,5% en abril.
Claves del nuevo pacto comercial entre EEUU y la UE
- Arancel general del 15% sobre productos europeos exportados a EE.UU.
- Exclusiones: productos aeronáuticos, algunos químicos, ciertos bienes agrícolas.
- No se incluyen reducciones en los aranceles del 50% sobre aluminio, acero y cobre.
- Compromisos europeos: 750.000 millones en compras energéticas a EE.UU. y 600.000 millones en inversión adicional.
¿Qué pasará ahora?
Aunque el acuerdo evita una guerra comercial a gran escala, marca un nuevo equilibrio claramente favorable a EEUU. Trump consigue reequilibrar su balanza comercial sin disparar los aranceles al máximo. Europa, por su parte, gana tiempo, pero a costa de aceptar condiciones más duras.
Los próximos meses serán clave para determinar el impacto real en la economía europea y española, en especial en sectores como el agroalimentario y el lujo, donde el margen de maniobra es más reducido.
El pacto comercial Trump–Von der Leyen no es una ruptura, pero sí una clara inflexión. Europa evita el abismo, pero queda tocada. Y sectores como el vino, el aceite de oliva y el lujo lo empezarán a notar desde ahora.
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