El balance de curso no ha sido todo lo triunfalista a lo que acostumbra el presidente del Gobierno. Pedro Sánchez ha presumido de buenos datos económicos y de un país que «avanza» ante la ausencia de una mayoría alternativa.
«Habrá elecciones en 2027» y «la legislatura dura cuatro años» son sus nuevos leit motiv, por más que sigan sobrevolando los escándalos de corrupción, la dificultad para aprobar leyes y el alejamiento -casi definitivo- de algunos de sus socios de legislatura como Podemos.
En ese contexto, Sánchez se ha comprometido, este año sí, a presentar Presupuestos Generales para 2026. Un trámite con el que ni siquiera ha cumplido este ejercicio. El presidente afirma que sólo se plantea «intentarlo» y no dibuja escenarios futuros ante hipotéticos fracasos.
El año pasado, sin embargo, también anunció que presentaría los Presupuestos para 2025, aunque finalmente no lo hizo. Las cuentas, por tanto, continúan prorrogadas desde 2023.
Para salir de ese atolladero, Sánchez desliza ahora la posibilidad de reunirse con Carles Puigdemont, una reunión de la que se lleva hablando desde hace meses, pero que nunca termina de concretarse.
Vídeo | Sánchez hace balance del curso político, presume de cumplir los objetivos y anuncia que buscará Presupuestos para 2026: vea el discurso íntegro.
«Me voy a reunir con todos los interlocutores políticos», ha respondido a la cuestión, cuando le han preguntado directamente por el líder de Junts, que sigue exiliado fuera de España. Y ha aclarado que la ley de amnistía tiene la vocación de «mirar hacia delante».
El apoyo de Junts sería imprescindible para aprobar la Ley de Presupuestos, pero también el de Podemos, que no parece dispuesto a dar su aprobación a una norma que incluye un mayor gasto en Defensa.
En su tradicional rueda de prensa de balance de curso antes de marcharse de vacaciones, el presidente ha defendido que al llegar al ecuador de la legislatura, afronta los próximos dos años con la «misma determinación y la misma energía que en los siete años anteriores». Si bien, en las últimas semanas ha reconocido que éste ha sido el momento más delicado de su mandato.
Para retomar ese empuje planea retomar la agenda social, como le exigen sus aliados de Sumar, y muestra de ello es la aprobación de la ampliación de los permisos de paternidad y cuidados a menores que se tramitará este martes en Consejo de Ministros.
El partido de Yolanda Díaz lleva exigiendo esta medida desde hace meses y además España está obligada a aprobarla, ya que existe una directiva europea pendiente de trasposición y por la que la Comisión Europea ya ha llamado la atención a nuestro país en reiteradas ocasiones.
Ayuda para Gaza
El compromiso de presentar Presupuestos y los nuevos permisos parentales han sido los principales anuncios de la comparecencia, junto con el envío de ayuda humanitaria para Gaza. En los próximos días España enviará 12 toneladas de alimentos que se distribuirá el viernes desde Jordania.
Sánchez ha hablado de una política exterior «comprometida» y «coherente». Y en ese sentido, ha dicho que «la hambruna en Gaza es una vergüenza para toda la sociedad y detenerla es un imperativo moral y político».
El presidente español le ha pedido al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que anuncie un alto el fuego, abra un pasillo humanitario y «termine con esta barbarie».
También se ha referido Sánchez al acuerdo adquirido entre la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente estadounidense, Donald Trump, por el que Estados Unidos aplicará unos aranceles del 15% a los productos europeos.
«Respaldo ese acuerdo comercial, pero lo hago sin ningún entusiasmo», ha manifestado el líder del Ejecutivo, que ha defendido «diversificar nuestras relaciones comerciales con otros países».
Cierto optimismo
El presidente ha aprovechado el resto de la comparecencia, que desde Moncloa han llamado «Cumpliendo», para presumir de crecimiento económico, buenas cifras de paro o del récord en la llegada de turistas.
«Este año vamos a recibir más de 100 millones de personas. Y si más de 100 millones nos visitan, todos ellos no pueden estar equivocados. España es un país abierto y tolerante», ha aseverado el líder socialista.
Aquí había un mensaje implícito a PP y Vox, «el único partido con el que pueden pactar los populares». Y ante ellos, Sánchez sigue instalado en que su partido es el único capaz de articular mayorías heterogéneas y «salvaguardar avances sociales».
No ha especificado si habrá remodelación de Gobierno a la vuelta de verano o cómo recuperará la confianza perdida de los votantes progresistas, más allá de una iniciativa legislativa mermada por la realidad parlamentaria.
Ha hablado de la vivienda como reto y ha ofrecido una larga lista de cifras que demostrarían que nuestro país está mejor que lo que revela «el catastrofismo de los agoreros de siempre».
Mismo discurso que en los últimos meses, con un matiz. «Un mensaje de cierto optimismo», ha pronunciado el presidente.
Es consciente de que el caso Cerdán está lejos de quedar finiquitado y de que quizás esperen más informes de la UCO. En Moncloa dan por superada la prueba antes de verano y esperan retomar todas esas batallas a partir de septiembre.