En un lunes marcado por los mensajes cruzados y los balances enfrentados, Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo se miden a la misma hora, las 12:00, en dos comparecencias con objetivos opuestos: el presidente quiere exhibir los frutos de la legislatura; el líder de la oposición, activar a su partido ante un posible cambio de ciclo político. La escena, en mitad del verano, condensa el momento de máxima tensión institucional que vive el país.
Sánchez encara su última aparición pública antes de las vacaciones decidido a «sacar pecho por los logros económicos y sociales», en palabras de la periodista de COPE Maribel Sánchez, mientras el escándalo de la corrupción le asfixia. Feijóo, por su parte, se reúne con su Comité Ejecutivo para poner al PP en lo que él mismo ha bautizado como «modo electoral», convencido de que el presidente está políticamente agotado.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante un pleno extraordinario, en el Congreso de los Diputados
«Feijóo le dirá a Pedro Sánchez que no ha gobernado en estos 2 años de legislatura», adelanta Maribel Sánchez en los micrófonos de COPE. Pero la acusación más grave tiene que ver con el deterioro institucional: «le acusará de llevar a España a una crisis sin precedentes debido a los múltiples casos de corrupción que le rodean». En la dirección del Partido Popular creen que «hay que estar abiertos por vacaciones» ante cualquier sobresalto más en este verano envenenado para el PSOE.
Sánchez ve el vaso medio lleno
Desde Moncloa, sin embargo, se resisten a dar la batalla por perdida. El presidente presentará datos de crecimiento económico y avances sociales. Pero el contexto es más frágil que nunca. En el entorno del líder socialista reconocen que prefiere hablar del caso Montoro antes que de los suyos. Evitará mencionar la amnistía, el cupo catalán, el apagón o el caos ferroviario, mientras a pocos kilómetros Feijóo le exige que cumpla la Constitución y presente los Presupuestos del Estado.
A este escenario se suman nuevas revelaciones sobre el caso Koldo, que salpica al exministro José Luis Ábalos. En audios a los que ha tenido acceso COPE, el exasesor del ministro confiesa que trabajar con él es «la meta de su vida» y reconoce que seguirá «peleando día a día», incluso aunque «Carolina va a por mí», en referencia a la exmujer del político. La conversación revela un clima de presiones personales y dependencia política que retrata las dinámicas internas del PSOE.
Todo esto estalla mientras Santos Cerdán, el ex número tres socialista, continúa en prisión preventiva tras ser señalado como el presunto cabecilla de una «organización criminal». Según publica El Mundo, el propio Cerdán pidió a Sánchez que el partido le pagara la defensa legal: «No tengo un puto duro», le dijo. El presidente se negó. “El PSOE y yo no debimos confiar en él”, lamentó después públicamente.

El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez
A nivel demoscópico, los datos confirman el desgaste. Según una encuesta de SocioMétrica publicada por El Español, el PSOE baja de los 100 escaños por primera vez en la legislatura, mientras que la suma de PP y Vox roza los 210, lo que daría una mayoría suficiente sin necesidad de integrar a Abascal en un Gobierno. “O Sánchez o yo”, dijo Feijóo esta misma semana en el Congreso. Un órdago que marca el tono preelectoral del verano.
Pedro Sánchez promete resistir hasta 2027, pero los síntomas de erosión son palpables. Feijóo, mientras tanto, se prepara por si la convocatoria anticipada llega. Porque como repite en privado a los suyos: “Esto no aguanta mucho más”.