El encuentro está programado a las 4:30 de la tarde en horario de Turnberry (5:30 de la tarde en horario español). Al lugar han viajado en las últimas horas el comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic; y sus homólogos estadounidenses, Howard Lutnick y Jamieson Greer.
«Me complace unirme a la presidenta Von der Leyen en Escocia este domingo para mantener una importante discusión con el presidente de EEUU sobre el fortalecimiento del comercio transatlántico», ha escrito este domingo Sefcovic en su cuenta de la red social X.
En sus últimas declaraciones públicas, Trump dijo que estaba deseando reunirse con la presidenta de la Comisión, a la que calificó de «mujer muy respetada«, pero situó en apenas un 50% las posibilidades de un acuerdo comercial entre la UE y EEUU.
El presidente de Estados Unidos asegura que todavía persisten «puntos de desacuerdo» en «unas 20 cosas distintas» que no ha querido especificar. Eso sí, sostiene que, de lograrse, el acuerdo entre la UE y EEUU sería «el más grande de todos».
Bruselas y Washington trabajan en un borrador de acuerdo que, siguiendo el modelo del reciente trato entre EEUU y Japón, mantendría un arancel general del 15% a la mayoría de productos comunitarios, sin que la UE pueda adoptar medidas de represalia.
Se trata de un resultado muy alejado de la propuesta original que le hizo Von der Leyen a Trump de rebajar a cero de forma recíproca todos los aranceles a los productos industriales, incluyendo los coches.
Sin embargo, la mayoría de Estados miembros se han resignado a aceptar esta solución desequilibrada para la UE con el objetivo de evitar un mal mayor: que Trump imponga un arancel general del 30% a todas las importaciones europeas a partir del 1 de agosto, tal y como amenazó en una carta a principios de julio.
Este recargo equivaldría a una prohibición total del comercio entre las dos orillas del Atlántico, según la Comisión Europea. Las negociaciones, que empezaron prácticamente tras el regreso de Trump a la Casa Blanca, se centran ahora en establecer si habrá o no excepciones a este arancel general del 15%.
En Bruselas alegan que un acuerdo arancelario con Trump, aunque no responda a los objetivos que se había marcado inicialmente la UE, dará «estabilidad» y «previsibilidad» a las empresas y los consumidores a ambos lados del Atlántico, en lugar de los giros constantes de los últimos meses.
Desde abril, Estados Unidos aplica aranceles a alrededor de un 70% de las importaciones desde la UE. En concreto, un recargo del 50% al acero y aluminio comunitarios, una tasa del 25% a los coches y piezas de vehículos y una tarifa plana del 10% al resto de productos.
Hasta ahora, Bruselas ha ido aplazando una y otra vez las medidas de represalia para dejar más espacio a la negociación. Sin embargo, la mayoría de Gobiernos están dispuestos a responder con contundencia si este último intento de negociación entre Von der Leyen y Trump fracasa.
La UE ya ha aprobado un potente paquete de medidas de represalia por si Trump al final opta por romper las negociaciones sin acuerdo. Se trata de aranceles del 30% contra productos icónicos estadounidenses por valor de 93.000 millones de euros, que entrarían en vigor automáticamente de forma progresiva a partir del 7 de agosto.
Además, el Ejecutivo comunitario cuenta con una mayoría suficiente para activar la considerada como ‘opción nuclear’, el Instrumento para Combatir la Coerción Ecónomica. Se trata de una nueva herramienta que permitiría sancionar a los servicios y las grandes plataformas estadounidenses.