Tailandia y Camboya continúan con los enfrenamientos en su frontera este domingo por cuarto día consecutivo, a pesar de la aparente intención de ambas partes por alcanzar un alto el fuego y de las peticiones de diálogo de líderes internacionales, entre ellos el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
«Las fuerzas tailandesas continúan llevando a cabo incursiones agresivas en territorio camboyano», confirmó en una rueda de prensa la portavoz del Ministerio de Defensa de Camboya, Maly Socheata, quien aseveró que Bangkok está atacando con «armamento pesado», como bombas de racimo y cazas. El portavoz adjunto del Ejército tailandés, Ritcha Suksuwanon, informó de acometidas por parte de Nom Pen en las provincias de Surin y Ubon Ratchathani con proyectiles de artillería.
Tailandia y Camboya se enzarzan en un cuarto día de ataques cruzados que dejan al menos 32 muertos, decenas de heridos y miles de desplazados, según las últimas cifras oficiales, a pesar de que los Gobiernos de ambas naciones parecen encaminados a iniciar negociaciones hacia un alto el fuego. Trump dijo la víspera que mantuvo llamadas con los líderes de los dos países asiáticos, Phumtham Wechayachai y Hun Manet, con vistas a detener los enfrentamientos en su frontera común y afirmó que ambas partes «han acordado reunirse de inmediato y negociar rápidamente un alto el fuego».
Presión para un alto el fuego
Tanto Wechayachai como Hun Manet corroboraron sus respectivas conversaciones con el mandatario estadounidense, a quien agradecen su preocupación por que cesen las hostilidades. «Solicité al presidente Trump que transmitiera a Camboya el deseo de Tailandia de convocar un diálogo bilateral lo antes posible para establecer medidas y procedimientos para el alto el fuego y la eventual resolución pacífica del conflicto», escribió el primer ministro interino tailandés en Facebook.
El secretario general de la ONU, António Guterres, apuntó el sábado que «se mantiene disponible para ayudar en cualquier esfuerzo que conduzca a una solución pacífica de la disputa». El viernes, el primer ministro de Malasia, Anwar Ibrahim, como mandatario del país que ostenta la presidencia rotatoria de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), de la que Tailandia y Camboya forman parte, propuso un alto el fuego.
Bangkok y Nom Pen arrastran una histórica disputa territorial por divergencias sobre la línea que define su frontera, lo cual ha provocado varios enfrentamientos en la historia, incluidos combates intermitentes entre 2008 y 2011 que dejaron una treintena de muertos. El conflicto se reavivó el pasado mes de mayo, cuando un soldado camboyano murió en una refriega entre los dos Ejércitos.