Adolescentes hasta los 35, el síndrome del nido lleno

Un cambio de paradigma en la sociedad que responde a aspectos que van desde los meramente económicos a los sociológicos y los generacionales ha provocado que ya no se hable del síndrome del nido vacío, esa tristeza que asolaba a padres y madres por la repentina marcha de sus vástagos en pos de una vida independiente. Ahora son más los progenitores que ven que la convivencia con sus pequeños –que ya no lo son tanto– se prolonga más allá de lo previsto, con los conflictos y fricciones que ello puede ocasionar.

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