En la vida hay veces en las que recurrir a la manga ancha o la vista gorda no tiene que ver con falta de profesionalidad. Más bien al contrario. Es más, un exceso de celo y una severidad extrema en el juicio están fuera de lugar cuando el contexto exige despojarse de un carácter inflexible y estricto. Como un bautizo, por ejemplo, concebido como una fiesta con el recién nacido como gran protagonista y el resto alrededor disfrutando de la celebración. Sin embargo, el banquete servido en el estreno del Ibercaja Estadio, que acogió el primer partido de pretemporada entre el Real Zaragoza y su filial, no satisfizo a nadie. Ni siquiera al primer equipo a pesar de la goleada (6-0) que endosó a un Deportivo Aragón que jugó una hora con diez porque el árbitro fue implacable cuando no tocaba y fue incapaz de perdonar una roja clara a Iker que lo desvirtuó todo. A la media hora, la prueba acabó. Lo que vino después importa más bien poco.
De nada sirvieron los numerosos intentos de los jugadores del primer equipo para que el colegiado fuera clemente con el defensa del Aragón y permitiera seguir probando cosas bajo la premisa de la igualdad numérica. Ramírez fue implacable y, ante la incomprensión general, apeló a su profesionalidad para aplicar el reglamento a rajatabla cuando no tocaba.
Antes de esa jugada, el Zaragoza de Gabi, que ya ganaba por 2-0, se había mostrado como lo que se espera de él: un equipo intenso, ordenado, enérgico, solidario y en el que el que no corra no tendrá sitio. Siempre bajo un inalterable 4-4-2, el conjunto de Segunda División formó de inicio con una banda izquierda copada por canteranos (Borge en el lateral y Marcos Cuenca por delante), con Tachi junto a Barrachina en el centro de la zaga, Guti formando pareja con Moya en la medular, Aketxe en la derecha y Bazdar y Dani Gómez en punta para mostrar de inmediato las características que presidirán el manual de estilo de Gabi. Presión alta cuando toca, bloque medio y repliegue en su momento, y una exigente presión tras pérdida que apunta a ser una de las claves del curso y que impone un desgaste físico importante.
Cuatro minutos tardó el Zaragoza en adelantarse en el marcador. Una combinación entre Cuenca y Borge acabó con un disparo cruzado del binefarense, autor del primer gol de la historia en el Ibercaja Estadio, ante el que nada pudo hacer Obón para iniciar una goleada a la que el propio Cuenca dio continuidad mediado el primer periodo después de que Dani Gómez malograra una clara ocasión.
El propio delantero se estrellaría poco más tarde con Obón tras recibir un buen servicio de Bazdar al que se le vio raro. Claro que también lo estaba hasta entonces Aketxe, que, tras la roja a Iker, dio un paso al frente para convertirse en uno de los grandes protagonistas de la mañana. En cinco minutos, el vasco mandó a la red dos faltas directas de esas que marcaba a menudo antes de recalar en el Zaragoza y que nunca hizo el curso pasado. Esa zurda debe marcar diferencias, sobre todo, a balón parado y bien lo sabe Gabi, dispuesto a recuperar como sea a un futbolista que solo puede mejorar tras la nefasta campaña anterior.
El filial, tocado pero no hundido, tiró de orgullo para aferrarse ya no al partido sino a la prueba. Darius, incluso, había encarado a Poussin tras recibir un pase en profundidad pero el meta francés tocó lo justo el balón para enviarlo a la esquina justo antes de que Aketxe hiciera el cuarto. El descanso alumbró una partida nueva, aunque con las cartas ya marcadas.
La presencia de Gori como central fue la gran sorpresa en un Zaragoza en el que Radovanovic no tuvo minutos
Entraron en escena Calavia, Calero, Tasende, Kosa, Francho, Keidi Bare, Pau Sans, Moyano, Soberón, Bakis y la gran sorpresa:Gori, que formó como central para acompañar a Kosa y tras decidir que Radovanovic, el último en llegar, no fuera de la partida. No lo hizo mal el catalán, ayudado por la inferioridad del rival, que, como en la primera parte, tardó bien poco en encajar. Sebas Moyano mandó a la red un rechace de Berrartras un intento de Francho para acentuar la validez de un banco de pruebas convertido hace rato en un entrenamiento más para unos y otros.
Las buenas maneras de Conde, que gozó de la mejor ocasión del filial al estrellar en el palo un mano a mano con Calavia, y el olfato de Moyano, autor también del sexto tanto, fue lo más destacado hasta el final de una cita que bien pudo acabar con otro gol más para el primer equipo, pero Francho no acertó a mandar a la red un buen servicio de Bakis, que presionó más que en toda su primera y única campaña en el Zaragoza. Berrar, en una gran intervención, impidió que el séptimo tanto subiera al marcador.
En la banda, Gabi, consciente de la relativa validez del test, parecía satisfecho con el trabajo de los suyos. El técnico, que también había mostrado su disconformidad con la expulsión de Iker en la primera parte, es consciente de que aún queda mucho por hacer. Casi tanto como lo que está por venir. De momento, el Ibercaja Estadio, ya despojado del envoltorio, acogió la primera victoria de un Real Zaragoza que el próximo miércoles se medirá ya a un rival de su misma categoría. El Mirandés visitará la capital aragonesa para dirimir una prueba de nivel en un estadio con aforo limitado por aquello de probar cargas y en el que, seguramente, todo será más serio. Nada que ver con el banquete en un bautizo con más protagonistas de los debidos.
REAL ZARAGOZA: Poussin, Juan Sebastián, Tachi, Barrachina, Borge, Toni Moya, Guti, Cuenca, Aketxe, Dani Gómez y Bazdar. En la segunda parte jugaron Calavia, Calero, Kosa, Gori, Tasende, Francho, Keidi Bare, Sebas Moyano, Pau Sans, Soberón y Bakis.
DEPORTIVO ARAGÓN: Obón, Sabater, Beamonte, Carrillo, Jaime (Facchin, m. 33) ((Valhondo, m. 70)), Iker, Linares, Tobajas, Pinilla, Darius y Sesé. En la segunda parte jugaron Berrar, David García, Eloy, Gomes (Samu, m. 70), Facchin, Reda, Saidu, Palacio, Yoha y Conde.
GOLES: 1-0, m. 4, Borge. 2-0, m. 22, Cuenca. 3-0, m. 32, Aketxe. 4-0, m. 37, Aketxe. 5-0, m. 46, Sebas Moyano. 6-0, m. 53, Seba Moyano.
ÁRBITRO: Manuel Ramírez. Expulsó con roja directa (tan clara como prescindible en un amistoso) a Iker por agarrar a Bazdar cuando se iba solo. Amonestó a Calero, por el Real Zaragoza.
INCIDENCIAS: Primer partido de la pretemporada disputado en el Ibercaja Estadio a puerta cerrada.