Trevín, al alba

Hacía poco tiempo que ocupaba la Presidencia del Principado cuando recibí en el periódico un aviso de Antonio Trevín, quien me citaba a su despacho. Acudí sorprendido e intrigado, para recibir una charla didáctica, en la que desplegó sus dotes de maestro, sobre la cuota láctea, que por entonces comenzaba a ser una cruz para los ganaderos asturianos y yo acababa de recibir el encargo de la información agraria. Ningún presidente asturiano me volvió a citar para tal fin, explicar y debatir alguno de los problemas de Asturias, lo cual ya dejaba su impronta propia y singular.

Fuente