El retinol se ha convertido en el principio activo de moda. Es un ingrediente que está presente en cremas y sueros contra los signos del envejecimiento. Sin embargo, la Unión Europea va a limitar su uso en cosméticos e impedirá que se vendan productos que contengan más del 0,3%.
Pero, es un compuesto seguro. Se puede usar incluso en verano, como nos recalca el farmacéutico Jerónimo Ors a este diario. «En la mayoría de los casos, la utilización de retinol u otras sustancias que activan la regeneración de la piel es absolutamente segura, siempre que se tengan en cuenta dos criterios».
Los productos cosméticos con retinol deben utilizarse por la noche y proteger la piel con fotoprotector SPF 50 durante el día. Solo en el caso de que la piel esté especialmente sensible o reactiva, es mejor evitar el uso de sustancias regeneradoras o de efecto peeling. Estas son las dos claves que debemos tener en cuenta sobre este principio activo, especialmente importante en los meses de verano.
Protección solar, hidratación, retinol… secretos para una piel radiante en verano / Pexels
Y lo mismo ocurre con el ácido hialurónico. «Tanto de alto como de bajo peso molecular, no presenta ningún riesgo. Es más, es especialmente beneficioso en verano», señala. El de alto peso molecular, porque forma una película protectora que impide la deshidratación de la piel.
Esto es útil cuando pasamos mucho tiempo al aire libre y la piel sufre más agresión medioambiental. Por otro lado, el ácido hialurónico de bajo peso molecular tiene un cierto efecto antiinflamatorio que resulta positivo para calmar la piel después del sol.
Qué ingredientes activos conviene evitar en verano
Los más importantes son los llamados queratolíticos como el ácido salicílico, ácido azelaico o sustancias como los derivados de la vitamina A. Sin embargo, si se aplican por la noche, llevando protección solar durante el día, el riesgo es mínimo.

Se debe usar protector solar si se aplica retinol o ácido hialurónico / Freepik
Cuáles son seguros durante los meses de calor
Durante el verano existen pros y contras. Por un lado, la piel está más caliente, tiene más aporte de sangre y de oxígeno y, por tanto, va más deprisa. Todo penetra más y a mayor velocidad, haciendo, por tanto, más efecto.
Por otro, las personas con mala circulación o retención de líquido ven su piel más encharcada y llena de toxinas. Esto hace que aumente la flacidez, la sensibilidad y la tendencia a la celulitis.
Consejos del farmacéutico para usar tratamientos con activos en verano
«Por supuesto, lo más fundamental es el uso del fotoprotector y es muy importante tener en cuenta que se debe aplicar varias veces al día», remarca Ors.
- «Recordad que, si lo aplicamos a las nueve de la mañana, a las tres de la tarde la protección ha disminuido muchísimo y quedamos expuestos a los rayos ultravioleta. Suele ser más cómodo utilizar productos no muy grasos, teniendo además en cuenta que la piel fabrica más grasa durante los meses cálidos. Esto hace que se vuelva más importante la hidratación y un poco menos la nutrición».
El más común es el de no utilizar fotoprotector (un 30 % del país sigue sin utilizarlo), o utilizarlo mal o de forma inadecuada. El otro lugar común es dejar de cuidar la piel, porque tenemos calor o sudamos y las cremas nos molestan. Cuanto más expuestos estemos al aire libre, la piel sufre y envejece más. Es imprescindible ayudarla a mantenerse “con vida” ante la agresión.
¿Hay que ajustar la frecuencia de uso en verano?
El farmacéutico matiza que conviene utilizar activos más calmantes y menos regeneradores, dejando estos últimos para después del verano, cuando hay que darle a la piel un fuerte empujón.
En cambio, el uso de plantas calmantes como la malva, manzanilla, angélica o avena, junto con la aplicación de antioxidantes como el licopeno del tomate o el aceite de espino amarillo, es sumamente útil e importante.