Los trabajadores del handling han salido esta mañana a las puertas del aeropuerto de Palma para denunciar la «precariedad laboral» que arrastran desde hace años. Convocados por UGT, unos 50 trabajadores reclaman una solución urgente a una situación que describen como «insostenible«: contratos de diez horas semanales, jornadas ampliadas sin previsión, salarios que no alcanzan para vivir y la inexistente conciliación famliar.
«Si hay un sector precarizados, ese es el del handling«, asegura el secretario de la Federación de Servicios, Movilidad y Consumo de UGT, José García Relucio. En este sentido, el sindicato reivindica que las empresas «abusan de los contratos a tiempo parcial» para cubrir los picos de temporada con «una avalancha de horas extras». «Hay muchos trabajadores que ni siquiera llegan a final de semana, y para completar una nómina digna, se ven obligados a trabajar para varías compañías dentro del mismo aeropuerto», denuncia García Relucio.
Asimismo, el sindicato manifiesta una «organización caótica de los turnos» acompañada de «bajos salarios y sobrecarga de trabajo«, también «condiciones de seguridad deficientes y una total falta de infraestructuras». «Trabajamos en una instalación sin cantina, con accesos peligrosos y accidentes constantes«, explica. A todo esto, se suma la falta de higiene en las instalaciones y el desprecio que sufren los empleados por parte de los viajeros. «Tenemos trabajadores con picaduras, los pasajeros ven cucarachas corriendo por el suelo», explica el secretario de UGT del sector aéreo, José Negreira e insiste : «Encima los trabajadores son los que reciben los insultos cuando se cobra una maleta. Somos la primera cara del turismo y nadie nos respeta«.
Desde UGT exigen a AENA la creación de una mesa tripartita junto al Govern y los representantes de los trabajdores. “Nos hemos dirigido a ellos en múltiples ocasiones y ni AENA ni el Ejecutivo nos han respondido. No se nos toma en serio”, critica Negreira. Ante el «silencio institucional», el sindicato lanza una advertencia: si no se abren las vías del diálogo, podrían paralizar el aeropuerto en pleno mes de agosto. “No queremos perjudicar a los pasajeros ni que las compañías usen nuestra huelga para cancelar vuelos con excusa, pero si no nos escuchan, cada uno tendrá que usar las armas que le quedan. Tenemos preparados más de 100 coches preparados para impedir la entrada al aeropuerto”, concluye.