Mantener una dieta equilibrada en cualquier época del añoes fundamental, pero lo es especialmente en verano. En esta estación, el calor hace que perdamos más líquidos a través del sudor. Una dieta equilibrada rica en frutas y verduras ayuda a reponer el agua y los electrolitos, evitando la deshidratación.
Además, una alimentación rica en antioxidantes (como los que contienen frutas rojas, cítricos, zanahorias y tomates) ayuda a proteger la piel del daño solar y favorece su regeneración. También en verano se tiende a cambiar de rutina, comer fuera con más frecuencia y consumir más helados o bebidas azucaradas. Una dieta equilibrada permite disfrutar de la temporada sin descuidar el peso ni la salud.
Pero es importante tener presente lo que se come a la hora de la cena porque puede suponer una gran diferencia, sobre todo a la hora de dormir, ya que una comida ligera permitirá tener un sueño de mayor calidad, lo que proporcionará un mayor descanso que si hacemos una cena copiosa. Por ello, los expertos en nutrición ponen el foco en un alimento en concreto: el tomate.
Esta fruta -considera por muchos como una verdura- suele ser habitual en las dietas de pérdida o control de peso porque es un alimentosaludable, pero también resulta muy saciante, es rico en agua y en fibra y contiene muy pocas calorías. Asimismo, tiene muchos beneficios, como su capacidad antioxidante, que obtiene gracias al licopeno, uno de sus componentes. También se considera que el licopeno puede ayudar a reducir el riesgo de cáncer, así como algunas enfermedades cardiovasculares y ayuda a mejorar el hígado graso.
Los tomates son ricos en carotenoides, que ayudan a cuidar la vista, la piel y el cabello, contienen potasio, que ayudan a eliminar el sodio a través de la orina; además es un buen diurético gracias a su contenido en agua. Favorece el fortalecimiento del sistema inmune, gracias a sus antioxidantes y a la vitamina C, que además previene la anemia, reduce el riesgo de osteoporosis, por la vitamina K, y contiene fibra, lo que reduce el estreñimiento, pero también ayuda a reducir los niveles de colesterol malo (LDL).
Un tomate mediano tiene aproximadamente 20-25 calorías. Esto permite consumir una buena cantidad sin exceder el límite calórico diario. Están compuestos por cerca del 94-95% de agua. Tienen un índice glucémico bajo, lo que significa que no provocan picos bruscos de azúcar en sangre. Se pueden consumir crudos, cocidos, en salsas, ensaladas, jugos o sopas, lo que los convierte en un alimento fácil de incorporar en múltiples platos.