El okupa no tardó ni dos horas en volver

«El okupa no tardó ni dos horas en volver«. Así ha explicado Per Ryden, el ciudadano sueco que esta misma semana denunciaba públicamente la okupación de una vivienda en su edificio, la situación a la que se enfrentan sus vecinos. Tras tapiar él mismo la puerta del piso okupado, que llevaba varias semanas vacío, el okupa ha vuelto a entrar en la vivienda. «Pensé que a partir de ahora íbamos a estar un poco más seguros, pero no tardó ni dos horas en volver. Rompió todo, con la Policía presente diciendo que no iban a poder hacer nada porque es su vivienda«, ha asegurado Ryden.

¿Quién va a querer esta casa?

El origen del conflicto se remonta 11 años atrás, cuando la propietaria de la vivienda falleció sin herederos y el piso quedó vacío. Desde entonces, los vecinos del inmueble han tenido que sufrir allanamientos, incendios provocados y numerosas intervenciones policiales; todo ello, sin asumir ningún gasto a costa de la mujer fallecida.

Per, desesperado, ha dicho que ni siquiera ve viable la posibilidad de vender su casa. «Todo el mundo lleva años diciéndome: «Per, vende esta casa, deshazte del problema», pero, ¿a quién se la voy a dejar? ¿Quién va a querer esta casa?», se pregunta. «No me parece justo tener que venderla. Lo más justo me parece a mí es resolver el problema porque así no podemos seguir», ha sentenciado.

Eduardo Rubiño, portavoz adjunto de Más Madrid en el Ayuntamiento de Madrid, ha intervenido desde plató diciendo que «a veces, en los debates públicos, se sobredimensiona la magnitud de las cifras para generar un alarmismo que tapa otros problemas de vivienda mucho más importantes». Unas declaraciones que no han sentado bien a Per Ryden, que ha insistido en que esto es «un problema que no tiene precedentes en nuestro continente. En otros países europeos, apenas existe la okupación de la vivienda».

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