Cocinar es una destreza indispensable para vivir de forma autónoma. No se trata de elaborar la mejor gastronomía, sino de adquirir la capacidad de valerse por uno mismo. Para ello es necesario tener un lugar donde poder mancharse las manos entre ensayo y error, sobre todo las personas con síndrome de Down u otras discapacidades cognitivas que precisan recursos adaptados a sus necesidades. Ese espacio de aprendizaje lo garantiza la nueva cocina que inauguró este viernes la Asociación Síndrome de Down Las Palmas, a través de un convenio renovado con la cadena de supermercados Spar, en su local de Las Palmas de Gran Canaria.
Miembros de la Asociación Síndrome de Down Las Palmas en la nueva cocina de Spar Gran Canaria / LP/DLP
La nueva cocina será escenario de unos talleres enmarcados en la colaboración que han sostenido ambas entidades durante siete años. Sus instalaciones cuentan con todo lo indispensable para elaborar cualquier plato básico: horno, microondas, placas, ollas, calderos, sartenes, guantes, trapos y una variedad de utensilios. Además, se dispuso un delantal y un gorro de chef para cada usuario.
Cocinar en comunidad
Tras cortar la cinta inaugural, una veintena de personas de todas las edades entraron con ganas de ponerse manos a la obra y preparar sus platos favoritos, entre los que destacan las hamburguesas, los espaguetis o la lasaña.
En esta ocasión, sin embargo, fue el turno de la gastronomía china con salteado de pollo con pimientos, arroz tres delicias y salsa agridulce. Tal y como cuenta la educadora social Lara Moreno, quien está a cargo de los talleres de cocina, cada sesión se orienta en un país o temática diferente elegida previamente por sus participantes. Para ello, Moreno selecciona tres recetas y los usuarios se distribuyen por grupos para cocinarlos sirviéndose de apoyos visuales y comunitarios.
Trabajar la psicomotricidad fina
La educadora social destaca que la cocina no solo les permite ganar la independencia de hacer sus propias comidas, sino que se trata de un recurso muy valioso para trabajar la psicomotricidad fina con labores como cortar los ingredientes. Y, por supuesto, «disfrutar, como todo lo que está relacionado con la comida», recalca.
Entre los usuarios que se benefician del taller se encuentra Verónica, quien casualmente estaba celebrando su 44 cumpleaños. Le sugirieron que hiciese una tarta para todos, a lo que ella respondió, bromeando con una gran sonrisa, que haría dos. Ese es el reflejo de lo contenta que está por seguir adquiriendo destrezas culinarias y sumarlas a uno de sus platos estrella: la empanada de atún.
Ilusión y energía
También está muy entusiasmado Carlos, quien trabaja como camarero. Asegura que ya sabe preparar algunas recetas, pero tiene «muchas ganas» de seguir ganando conocimientos y experiencia porque es una persona muy activa. En esa línea, sostiene que «siempre hay que aprender algo«, a lo que añade: «Estoy supercontento con la cocina y con ganas de aprender cosas nuevas«.
Óscar es su compañero de trabajo y, aunque él se dedica a lavar los platos, fregar el piso y barrer, ya sabe hacer pasta y lasaña. Tanto él como Adrián, un chico con mucha vitalidad e ilusión, se han mostrado dispuestas a venir cada semana a los talleres de cocina.
Innovación y compromiso
La presidenta de la junta directiva de Down Las Palmas, Yurena Domínguez, subraya la buena labor del personal y el equipo de voluntariado que hace posible este tipo de iniciativas, donde los usuarios se desenvuelven con soltura. En ese sentido, apunta que una parte fundamental del proceso son «las ganas que tienen de hacer cosas, innovar, adaptarse y superarse».
En sintonía con ese afán por mejorar, señala que también es esencial que los usuarios pongan en práctica un amplio abanico de destrezas y actividades para que puedan seguir avanzando y ganando independencia en su vida diaria.
Por su parte, el presidente de Spar Gran Canaria, Ángel Medina, destacó: «Tenemos un compromiso con nuestra sociedad y nuestra gente. Se trata de que este centro pueda seguir creciendo y evolucionando para dar una mejor atención y formación. Hay muchas necesidades en nuestra comunidad y hay que agradecer el trabajo de estas asociaciones y la gente que dedica su tiempo al cuidado y la atención de los demás».
Entrenar las habilidades sociales
El gerente de Down Las Palmas, Ángel Sosa Peñate, indicó que este es una colaboración muy importante para el local que adquirieron hace dos años. «Es tener la posibilidad de ir adaptándolo como una casa para las personas con síndrome de Down para que puedan realizar cada vez más y mejores actividades«. En ese amplio abanico también se incluye la posibilidad de «entrenar habilidades sociales» en un espacio amigable y compartir la experiencia con otras personas sin discapacidad.
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