Cada vez son más las personas que toman conciencia de la importancia de autocuidarse como parte de su rutina diaria para mantener el equilibrio físico, mental y emocional. Más de la mitad de la población (cerca de un 54%) reconoce que podría mejorar su bienestar incorporando más hábitos de autocuidado a su día a día. Para fomentar la responsabilidad individual sobre la propia salud, física y mental, e invitar a adoptar hábitos saludables y a desarrollar una actitud más compasiva hacia uno mismo, se celebra cada 24 de julio el Día Internacional del Autocuidado, impulsada por la Federación Mundial de la Industria de Autocuidado.
Las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre intervenciones de autocuidado para la salud y el bienestar enfatizan la importancia del autocuidado como parte integral de la atención primaria de salud, especialmente en entornos con recursos limitados. Estas instrucciones buscan orientar a individuos, comunidades y países en la implementación de estrategias de autocuidado seguras y efectivas, promoviendo la salud, previniendo enfermedades y mejorando el acceso a servicios de salud.
La teoría del autocuidado fue introducida en 1969 por la enfermera estadounidense Dorothea Elizabeth Orem, que lo definió como una actividad aprendida por las personas con el objetivo de promover conductas que beneficien nuestra propia salud y nos proporcionen bienestar físico y mental. «Básicamente, el autocuidado no es otra cosa que asumir la responsabilidad individual para cuidar nuestra propia salud», subraya el médico de atención primaria Jorge Cameselle.
Múltipes beneficios
Incorporar prácticas cotidianas de autocuidado brinda múltiples beneficios: reduce el estrés, mejora la salud física y mental, permite gestionar mejor las emociones, mejora la resiliencia ante situaciones difíciles y previene la aparición de síndrome como el del trabajador quemado (burnout, en inglés), entre otros. «El autocuidado mejora nuestra autoestima y nuestra calidad de vida, proporcionándonos una actitud más optimista ante la vida y nos prepara para adaptarnos a las situaciones de estrés de vivir el día a día, y también nos prepara para saber disfrutar del trabajo, de los amigos y de la propia familia», añade el médico.
categorizacion de los autocuidados / Hugo Barreiro
También es un gran aliado de los tratamientos. «Las personas con dislipemia (colesterol y triglicéridos altos) u obesidad o fumadores tienen unos factores de riesgo asociados a enfermedades cardiovasculares y al propio cáncer. Con independencia de los tratamientos que les podamos ofrecer, el autocuidado es esencial para la prevención de muchas de estas enfermedades y para el estado del bienestar», explica.
«El autocuidado nos prepara para adaptarnos a las situaciones de estrés de vivir el día a día»
Por todo ello, invita a dedicar un tiempo al autocuidado. «La cultura, la autonomía personal y nuestra capacidad de reflexionar nos deberían llevar a tener presente que la salud es el bien más preciado que tiene el ser humano, muy por encima del dinero o de cualquier otro bien material. Lamentablemente, muchas veces solo la valoramos cuando no la tenemos», asegura.
El médico vigués afirma que es muy difícil dar unas pautas de autocuidado, ya que existen muchas variables: edad, sexo, economía familiar, tipo de trabajo y carga genética, entre otras. «La mejor pauta del autocuidado es el sentido común y el amor a la vida. Tomar conciencia de la importancia de la salud es determinante y deberían educarnos para ello», subraya.
Según las distintas dimensiones y necesidades del ser humano, el autocuidado puede ser físico, emocional, cognitivo, social y espiritual. Entre otros aspectos incluye mantener una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente, dormir lo suficiente, cuidar la higiene personal, gestionar el estrés, prestar atención al cuerpo, ser honesto con lo que uno siente, expresar las emociones de forma adecuada y proporcionada, reflexionar sobre los sentimientos, cuidar los pensamientos, mantener relaciones saludables, establecer límites, identificar relaciones saludables, participar y planear actividades sociales, practicar la meditación, la reflexión, conectar con la naturaleza y buscar actividades que nos llenen de significado.
«El autocuidado se refleja en nuestra salud mental con una sensación de autorrealización, autoestima y plenitud»,
El autocuidado no solo es atender necesidades básicas, sino también cultivar una relación positiva con uno mismo y buscar el equilibrio en las diferentes áreas de la vida. «Si manejamos estos autocuidados, se reflejarán en nuestra salud mental con una sensación de autorrealización, autoestima y plenitud», sostiene la psicóloga Diana Rodríguez.
Autocuidarse es un hábito que se desarrolla que no requiere muchos recursos, pero sí rutinas. «Esto supone un esfuerzo, una planificación y la creación de hábitos. En un primer momento, costará, pero si lo asimilamos y lo asumimos como propio la rutina creará un hábito, el hábito una disciplina, la disciplina un carácter y el carácter un destino. Solo es necesario tener motivación, amor propio y, si hace falta en un principio, acompañamiento terapéutico», sostiene la psicóloga.
El autocuidado no solo es individual –la forma más difundida y que contempla aquellas medidas adoptadas por la persona como gestora de su salud–, sino también colectivo –una extensión del autocuidado individual hacia otros–.
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