El Tribunal Supremo del Reino Unido ha revocado este miércoles la sentencia contra los ‘traders’ financieros Tom Hayes y Carlo Palombo, condenados por manipular el Libor y el Euribor, respectivamente, durante los años previos y posteriores a la crisis financiera de 2008. Hayes, extrabajador de las entidades UBS y Citigroup, fue condenado a 14 años de prisión en 2015 por estafa —de los cuales acabó cumpliendo 5 años y medio tras la reducción de su sentencia—, mientras que Palombo, extrabajador de Barclays, recibió una condena de cuatro años de cárcel en 2019 por el mismo delito. El tribunal ha determinado que la imparcialidad de ese juicio fue «socavada» y que el juez dio instrucciones incorrectas al jurado, algo que ha provocado la anulación de la sentencia.
Hayes fue la primera persona en ser condenada por la manipulación del Libor, un indicador económico desaparecido tras el escándalo y que determinaba los intereses de hipotecas, préstamos estudiantiles y otros productos financieros en todo el mundo con un valor total de más de 400 billones de dólares. El exbanquero fue acusado de alterar este indicador, el cual se fijaba en función de los datos enviados a diario por varias entidades financieras, para modificar de forma fraudulenta el mercado y beneficiarse personalmente, así como a los bancos para los que trabajaba. El escándalo desatado por las alteraciones del Libor, uno de los principales indicadores a nivel mundial en ese momento, obligó a los bancos a pagar más de 9.000 millones de dólares en multas y sanciones de organismos reguladores en todo el mundo.
Errores judiciales
En la sentencia emitida este miércoles, los cinco jueces del Tribunal Supremo sostienen que existen «pruebas suficientes» para demostrar la culpabilidad de los acusados en el delito de estafa pero señalan que los errores cometidos en el juicio original, en concreto las instrucciones incorrectas que el juez dio a los miembros de jurado, socavaron la imparcialidad del proceso. La decisión abre la puerta a que las otras siete personas condenadas por el mismo escándalo puedan ver revocadas sus sentencias, aunque las posibilidades de que lleguen a recibir compensaciones económicas son escasas debido a los requisitos fijados por la ley británica para poder optar a ellas.
Tanto Hayes como Palombo aseguran que fueron procesados injustamente y que en todo momento llevaron a cabo prácticas comerciales normales, al mismo tiempo que han dado a entender que sus condenas fueron dictadas con el fin de apaciguar la ira pública hacia los bancos durante la crisis financiera. «Nos hemos visto envueltos en una pesadilla kafkiana en la que nada tenía sentido. No había pruebas de lo que supuestamente estábamos acusados. Nos llamaron banqueros deshonestos y avariciosos», ha asegurado Palombo en una rueda de prensa tras conocer la sentencia. «Ignoraron por completo el Estado de derecho con el fin de condenar a alguien«, ha añadido.
Las defensas de los dos acusados han cargado con dureza contra la Oficina de Fraudes Graves (SFO, en sus siglas en inglés), encargada de investigar a Hayes y a Palombo, así como contra la justicia británica, la cual negó en varias ocasiones los recursos presentados por ambos. Algo que ha alargado la batalla judicial durante más de 10 años. «Aunque el Tribunal Supremo ha corregido el error, lamentablemente la sentencia no explica por qué ocurrió esto en primer lugar. Ha habido una falta de firmeza por parte del Tribunal de Apelación a la hora de corregir un error fundamental», ha asegurado el abogado de Palombo, Ben Rose.
Fin del proceso
A pesar de que la condena ha sido revocada por una cuestión de procedimiento, la SFO ha anunciado que no pedirá la apertura de un nuevo proceso judicial. «Hemos considerado cuidadosamente esta sentencia y todas las circunstancias y hemos determinado que no sería de interés público solicitar un nuevo juicio», ha señalado el organismo a través de un comunicado.
En su comparecencia ante los medios de comunicación, Hayes ha asegurado ser una «mejor persona» que cuando ingresó en la cárcel y se ha mostrado aliviado por poner fin a un largo proceso judicial. «Cuando todo lo que tienes ha sido arrebatado, así como tu libertad, tu dignidad, tu familia y tus hijos, ¿qué es lo que te queda?», ha asegurado. «A raíz de lo que me ha ocurrido he aprendido qué es lo que debemos valorar en la vida. Ya no persigo cosas materiales».