El incendio forestal declarado en la tarde del martes en la Sierra de Córdoba ha afectado, según las primeras estimaciones, a unas 84 hectáreas de vegetación, en su mayoría bosque mediterráneo, compuesto por encinas, arbustos y arboleda. Aunque el fuego no ha llegado a ninguna vivienda, continúa activo dentro de un perímetro de aproximadamente ocho kilómetros, sin estar aún estabilizado ni controlado.
Las autoridades advierten de que dentro del perímetro hay zonas que no han ardido completamente, lo que deja material combustible con riesgo de reactivación, especialmente con el aumento de las temperaturas, la bajada de la humedad y la subida del viento prevista para este miércoles. A pesar de que no hay llamas vivas visibles, el operativo se mantiene activo con medios terrestres y aéreos trabajando en la zona.
Durante la madrugada del miércoles se registró una reactivación en el flanco derecho del incendio, con una propagación ascendente muy visible que llegó a amenazar el Camino del Reventón y la zona de Las Ermitas, un Bien de Interés Cultural que finalmente no se ha visto afectado gracias a la rápida intervención de los equipos de emergencia.
El origen del fuego se localiza en las inmediaciones de la carretera CO-3402, en la zona del Castillo de La Albaida, desde donde avanzó con rapidez debido a las fuertes rachas de viento, que llegaron a alcanzar los 40 kilómetros por hora. Esto provocó un crecimiento simultáneo hacia el norte, en altura, y en dirección hacia la ciudad, lo que obligó a realizar evacuaciones preventivas.
En total, más de 500 personas fueron desalojadas: 60 viviendas en la urbanización Santa Ana de la Albaida, 12 en la zona del Patriarca, 30 en la Cuesta del Reventón, 200 personas del club social cercano y una veintena de huéspedes del Hotel Castillo. Aunque la mayoría de evacuados regresaron ya a sus hogares, los residentes de Santa Ana de la Albaida (unas 180 personas) aún no pueden volver debido a la cercanía con zonas de posible reactivación y acumulación de humo.
La Junta de Andalucía ha confirmado que la fase de emergencia, situación operativa 1, del Plan Infoca sigue activa. Un nuevo comité de evaluación se reunirá a las 20:00 horas para valorar si puede autorizarse el retorno a esta urbanización.
Actualmente, más de 200 efectivos trabajan en la extinción del incendio, con la participación de ocho grupos de bomberos forestales, dos brigadas de refuerzo contra incendios (bricas), cinco técnicos de operaciones, un técnico de extinción, tres agentes de medio ambiente, cuatro autobombas, un buldócer y varios dispositivos especializados como la Unidad Móvil de Meteorología y Transmisiones (UMMT), una unidad médica, una de análisis de incendios forestales (Unasif), otra de sistemas de emergencias (Usisem) con drones y el Grupo de Emergencias de Andalucía (GREA). Desde las 8:00 horas de este miércoles se han sumado medios aéreos al operativo.
Las carreteras CO-3402 (en el kilómetro 6,7) y la CO-3314, en el cruce del Asuán, continúan cortadas al tráfico, y se recomienda a la ciudadanía seguir las instrucciones y avisos difundidos por los servicios de emergencia a través de los medios oficiales y redes sociales. El Teléfono de Emergencias 112 ha recibido desde el martes por la tarde unas 150 llamadas alertando del intenso humo en la zona, lo que activó el dispositivo de emergencia de forma inmediata.
Además, el Ayuntamiento de Córdoba ha habilitado un punto de información para afectados en la Glorieta Rafael Rivas Gómez, y ha puesto en marcha un operativo de asistencia para las personas que lo necesiten. Solo ocho de los evacuados han tenido que pasar la noche en un hotel de la ciudad.
La evolución de las últimas horas se considera positiva, ya que el perímetro del incendio no ha crecido ni presenta avances en sus frentes. Aun así, el riesgo se mantiene elevado por la cantidad de vegetación parcialmente quemada, susceptible de reactivarse si las condiciones meteorológicas empeoran. Las labores de control y vigilancia continuarán intensificándose a lo largo del día para evitar nuevas reactivaciones y contener definitivamente el incendio.