El pleno del Consejo General del Poder Judicial ha acordado esta mañana nombrar a Andrés Martínez Arrieta y a Pablo Lucas presidentes de la Sala Penal y de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo.
Arrieta ha obtenido 15 votos de los 21 miembros del órgano de gobierno de los jueces y Lucas, 16.
Lo ha hecho después de que el grupo conservador del CGPJ se enrocara en que no apoyaría a otros candidatos que no fueran Arrieta y Lucas, prestigiosos magistrados del alto tribunal.
Las plazas se encontraban vacantes desde el pasado diciembre, cuando Manuel Marchena terminó su mandato como presidente de la Sala Penal, sin querer presentarse a la reelección, y César Tolosa, que presidía la Sala de lo Contencioso-Administrativo, fue designado magistrado del Tribunal Constitucional.
Aunque ambos son de talante progresista, ni Martínez Arrieta ni Lucas eran los candidatos del sector progresista del CGPJ; que prefería para esos cargos a Ana Ferrer y a Pilar Teso.
Ambas aspiraron también a presidir el CGPJ en unas candidaturas detrás de las que el sector conservador ve la mano del ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños.
Teso y Ferrer retiraron sus candidaturas a la presidencia de las Salas Segunda y Tercera el pasado jueves. La tarde anterior, los negociadores del sector de vocales propuestos por el PP insistieron en que ninguna de ellas tendría «nunca» su apoyo y añadieron que estaban dispuestos a dejar las vacantes sin cubrir ‘sine die’.
Ello hubiera significado que Arrieta y Lucas, que son los más antiguos de sus respectivas Salas, hubieran continuado hasta sus jubilaciones como presidentes en funciones.
Sus nombramientos como presidentes titulares pueden considerarse, así, un éxito del sector conservador de CGPJ, que presenta una posición más firme y unida que el grupo progresista.
