Los representantes de la Unión Europea han hecho las maletas y han viajado al lejano oriente para tratar de sellar acuerdos con las dos potencias regionales, China y Japón, y minimizar así el riesgo económico de las imprevisibles políticas arancelarias de Trump y el reto estratégico de un mundo en máximos de tensión geopolítica y guerras.
El primer avance ha sido anunciado este miércoles, desde Tokio. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el del Consejo Europeo, António Costa, han presentado junto al primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, un acuerdo con Japón destinado a reforzar la competitividad mutua en un mundo que han presentado como repleto de «riesgos geoeconómicos, en las cadenas de valor, de sobrecapacidad y con un campo de juego comercial desnivelado», en palabras de Von der Leyen. Mañana, ambos acudirán a la cumbre UE-China en Pekín.
En una declaración institucional desde Tokio, sin preguntas de la prensa, junto al primer ministro japonés, Von der Leyen ha descrito los tres pilares del nuevo acuerdo con Japón. Primero, se trata de «aumentar el comercio bilateral entre EU y Japón», un mercado conjunto «de 600 millones de personas en total y que supone un tercio del PIB global». Se implementarán los puntos aún no aplicados del acuerdo de asociación y se incentivarán las inversiones mutuas.
Las relaciones entre la UE y Japón se basan en un acuerdo de asociación estratégica (AAE) y un acuerdo de libre comercio (Acuerdo de Asociación Económica), en vigor desde 2019. La UE y Japón constituyen conjuntamente casi una cuarta parte del PIB mundial y el 20% del comercio mundial de bienes y servicios conjuntamente.
El segundo pilar es la búsqueda del «fortalecimiento de la seguridad económica», y para ello se va a cooperar en programas que garanticen la robustez de las cadenas de valor, «especialmente en el suministro de materias primas y baterías». Se inventivará de forma conjunta en el desarrollo de la economía circular y se elaborarán marcos de investigación conjunta. Se potenciará la protección de las infraestructuras, tanto físicas como digitales. Se creará un «grupo de trabajo sobre cables submarinos, incluido el Ártico». Se establecerá un marco común de lucha contra «las prácticas comerciales injustas y la coerción económica».
Tercero, se tratará de que Japón se una al programa de inversiones Horizon de la UE y se firmará una alianza para el desarrollo de las energías verdes.
Acuerdo arancelario de Japón con Estados Unidos
Poco antes de que comenzara la cumbre, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció en su red social Truth «un acuerdo enorme con Japón»: el país nipón invertirá unos 470.000 millones de euros en Estados Unidos a cambio de que se le reduzca el tipo arancelario en diez puntos, hasta el 15%, respecto al gravamen del 25% anunciado dos semanas antes por Washington a las importaciones japonesas.
La presidenta de la Comisión Europea ha felicitado al primer ministro japonés por haber cerrado ese acuerdo.
António Costa ha subrayado la importancia de la relación bilateral con «el aliado más cercano a la UE en el Pacífico» y que como los europeos, dice el presidente del Consejo, busca «el respeto a la democracia, a los Derechos Humanos y a un mundo basado en reglas», en un contexto geopolítico marcado por la invasión rusa de Ucrania, la guerra de destrucción de Israel en Gaza y las amenazas de China de incorporar Taiwán a la República Popular por la fuerza.
Gasto militar
Japón ha dado un giro histórico a su tradicional política antimilitarista y ha anunciado una inédita inversión del 2,1% de su PIB en defensa. La Unión Europea, por su parte, trata de revitalizar su industria de defensa con un plan de 800.000 millones de euros, y ha comprometido un gasto del 5% del PIB en Defensa y Seguridad.
A ese respecto, Von der Leyen ha anunciado que el próximo año se celebrará entre la UE y Japón el primer diálogo de seguridad conjunto.
Desde noviembre de 2024, la UE y Japón cuentan con una asociación en materia de seguridad y defensa, a través de la cual se han comprometido a cooperar más estrechamente y a intercambiar información, informa el Consejo Europeo. La asociación se fundamenta en una serie de diálogos periódicos que se celebran a nivel ministerial con fines de supervisión y dirección.