El Departament de Salud ha puesto en marcha el primer banco público de microbiota fecal del Estado. Se trata de una iniciativa pionera que pretende romper con los tabús existentes y extender el innovador tratamiento a todos los centros del sistema sanitario público catalán (SISCAT). Lideran la apuesta los hospitales de Bellvitge y el Clínic junto con el Banco de Sangre y Tejidos (BST) y la Organización Catalana de Trasplantes (OCATT). Sus impulsores han defendido la eficacia de la terapia en pacientes con infecciones recurrentes por la bacteria Clostridioides difficile y han apuntado que en el 90% de casos evita recaídas. La iniciativa también abre la puerta a promover la investigación y aplicar el tratamiento en otras patologías como algunos cánceres y trastornos metabólicos.
De momento, el trasplante de heces solo se usa en pacientes con infecciones recurrentes originadas por la bacteria Clostridioides difficile, una afectación intestinal grave a menudo asociada al uso de antibióticos y que puede provocar diarreas persistentes, deshidratación e incluso poner en riesgo la vida del paciente. Actualmente, hasta un 25% de los casos recaen después del primer tratamiento con antibióticos convencionales y, de estos, el 40% experimenta una segunda recaída. Jordi Guardiola, jefe del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Universitario de Bellvitge, ha afirmado que “la administración de microbiota fecal tiene un éxito extraordinario en estos pacientes, dado que más del 90% que reciben un trasplante se curan” en el primer tratamiento. En el caso de un segundo trasplante, la tasa alcanza el 100%. El doctor también ha señalado que cerca de 200 personas podrán beneficiarse del tratamiento gracias al nuevo banco y que están «felices y orgullosos» porque pocas veces consiguen curar a los pacientes con estos datos tan satisfactorios.
El proyecto empezó de la mano del Hospital Universitario de Bellvitge y el Hospital Clínic, donde, desde el año 2014, se han llevado a cabo 171 trasplantes de microbiota fecal (TMF). En Bellvitge se han realizado un total de 116 TMF y, desde el año 2018, en el Clínic se han llevado a cabo otros 55. El tratamiento consiste en administrar microbiota intestinal procedente de un donante sano con el objetivo de restaurar el equilibrio de la microbiota del paciente. Las principales vías de administración son la oral, con cápsulas liofilizadas de microbiota fecal (el 67,8%), y la colonoscopia (el 32,1%).
Ignasi Carrasco, director del Área Asistencial del Servei Català de la Salud, ha explicado que los dos centros sanitarios se aliaron para presentar la idea de crear banco de microbiota catalán a una convocatoria de proyectos impulsada por la consellería. La iniciativa fue una de las 181 seleccionadas para recibir ayudas valoradas en 60 millones de euros hasta 2026. En esta línea, ha defendido que esta innovación «acerca una prestación para romper una enfermedad no muy común, pero que tiene muchas dificultades para resolverse, y acerca este tratamiento a toda la ciudadanía de Catalunya independientemente de donde se encuentre».
Requisitos para ser donante
Begoña González, responsable del Programa de Donación y Trasplante de Microbiota Fecal en el Hospital Clínic de Barcelona, ha explicado que ser donante de heces requiere un compromiso mayor que el de sangre o celulas. Los requisitos son los siguientes:
- Tener entre 18 y 60 años
- Tener unos hábitos de vida saludables
- No padecer ninguna enfermedad
- No haber tomado antibióticos en los últimos tres3 meses
- No haber viajado fuera de la Unión Europea en los últimos 6 meses
Los posibles candidatos llegan a los hospitales de Bellvitge o al Clínic a través de la Unidad de Donantes del Banco de Sangre y Tejidos y tienen que pasar una entrevista exhaustiva, una batería de analíticas y un cultivo de heces para descartar la presencia de patógenos. Si se superan todas estas pruebas, se pueden hacer donaciones de forma regular durante dos meses. «Estas se congelan y se mantienen en cuarentena y finalmente se hace una nueva criba para confirmar que las muestras pueden usarse en pacientes», ha añadido González. Los donantes hacen su donación desde su domicilio y una empresa especializada se encarga de recoger las muestras y trasladarla a los laboratorios de los centros sanitarios en un proceso complejo pero seguro. En cuanto al trasplante en sí, ha explicado que se trata de «un procedimiento ambulatorio sencillo y con mínimas complicaciones«.
Los responsables del nuevo banco de microbiota han subrayado la necesidad de concienciar la ciudadanía que este tipo de donaciones “también pueden salvar vidas”, puesto que esta práctica no está tan extendida como la donación de sangre, tejidos u órganos. “El grado de altruismo en el donante de heces es más alto que en el del donante de sangre, porque manipular heces no gusta a nadie”, ha apuntado el doctor Guardiola, quien ha remarcado que a este hecho se le suma el problema de que, finalmente, pocas donaciones (un 5% del total) se acaban aprovechando. Joan Ramon Grífols, director asistencial del BST, también ha considerado que hay que hacer mucha pedagogía para explicar a la población “qué es este tipo de donación y qué implica”.
El Banco de Sangre y Tejidos (BST) se encarga de la captación inicial de donantes así como la conservación y almacenamiento del producto final y su distribución logística en cualquier centro del sistema público (SISCAT) que lo necesite. Todo este proceso se lleva a cabo bajo la supervisión de la Organización Catalana de Trasplantes (OCATT), que actúa como autoridad sanitaria competente en el ámbito de las sustancias de origen humano y garantiza la seguridad, la trazabilidad y la calidad del circuito.
Un caso de éxito
Uno de los casos de éxito es el de Santiago Marco, que sufrió la infección por esta bacteria poco tiempo después de haber tomado una tanda intensa de antibióticos a causa de una neumonía: «Me levanté un día con unos dolores abdominales terribles”, ha explicado. Fue al médico de cabecera de la seguridad Social y le recomendaron comer arroz hervido. Al no experimentar mejora, fue al médico de la mutua, quien le diagnosticó una infección de «Clostridioides difficile». Ha dicho que le recetaron antibiótico y le dieron el alta, pero que tres semanas después recayó y lo volvieron a ingresar y tratar con antibióticos.
El paciente ha explicado que en el hospital empezó a informarse sobre la patología a través de internet y descubrió que existía un círculo vicioso de antibióticos y recaídas que podía llegar a comprometer su vida. “Llevado por mi curiosidad, descubrí que había el trasplante de microbiota y que Bellvitge lo hacía de forma pionera”, ha apuntado. Escribió al doctor Guardiola sin esperanzas que le contestara y que, para su sorpresa, el le respondió y le propuso que se desplazara a Bellvitge en caso de sufrir una recaída. De esta forma, cuando volvió a enfermar, se trasladó al centro sanitario donde los médicos lo sometieron a un tercer tratamiento con antibióticos y le comunicaron que la solución implicaba hacerle el trasplante: «Yo tenía muy claro que en otros países funcionaba y no tenía ningún problema de someterme a un trasplante de heces”, ha afirmado.
Finalmente le practicaron una colonoscopia para hacer realidad el trasplante de microbiota: «Estuve una noche ingresado y me curé”, ha relatado el paciente, muy satisfecho de la experiencia. Ha admitido que, al poco de la intervención, tuvo digestiones pesadas durante un tiempo, pero que no ha vuelto a recaer. Marco ha manifestado que esta terapia le cambió la vida y ha insistido en la importancia de que exista el banco para propiciar estas donaciones: «Estoy muy agradecido al donante, y espero que todo el mundo que pase una situación como la mía pueda tener la opción de curarse”, ha sentenciado.
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