Las autoridades sanitarias de la ciudad de Foshan, en la provincia suroriental china de Cantón, tratan de contener un brote de fiebre chikunguña que deja ya 2.658 casos, todos ellos de carácter leve. El brote fue detectado el pasado 8 de julio mediante los sistemas de vigilancia locales, lo que activó un protocolo de respuesta por parte de las autoridades sanitarias municipales.
La fiebre chikunguña es una enfermedad vírica causada por el virus del mismo nombre, transmitido principalmente por mosquitos. Entre los síntomas más frecuentes se encuentran la fiebre elevada, dolores articulares intensos y la aparición de erupciones cutáneas.
En respuesta al aumento de contagios, Foshan, con una población de unos 7,4 millones de habitantes, habilitó 53 hospitales como centros de tratamiento designados y dispuso más de 3.600 camas con protección contra mosquitos, informó la cadena estatal CCTV.
Pruebas PCR
Además, 35 hospitales de la ciudad recibieron autorización para realizar pruebas PCR específicas para la detección del virus. Los casos sospechosos que den positivo serán ingresados con el objetivo de evitar una mayor propagación del brote.
El aumento del número de casos se produce en plena temporada de calor y lluvias en el sur de China, un contexto que favorece la proliferación de mosquitos transmisores de enfermedades.
Ante la propagación del virus en el sureste de China, las autoridades sanitarias locales de Pekín pidieron este lunes reforzar la prevención contra el virus y recomendaron a la población adoptar medidas para reducir la exposición a picaduras, como el uso de ropa que cubra la piel, la aplicación adecuada de repelentes y la eliminación de posibles criaderos de larvas.
Incubación de dos días
El periodo de incubación de la fiebre chikunguña suele oscilar entre dos y cuatro días, aunque puede prolongarse hasta una semana. Las manifestaciones clínicas incluyen fiebre repentina, inflamación articular, erupciones y fatiga.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió el martes medidas preventivas para que no se repitan epidemias como las de hace 20 años ante brotes a gran escala detectados en islas del Índico como Mayotte, Reunión o Mauricio, y la propagación de la enfermedad a países cercanos como Madagascar, Somalia o Kenia.