A partir de septiembre en los parques Miraflores y Royo del Rabal y en la plaza de los Sitios los perros no podrán ir sueltos. Esta medida se adopta para mejorar la seguridad de ciudadanos vulnerables como niños y ancianos y para también proteger el arbolado y el césped. El anuncio del Ayuntamiento de Zaragoza ha creado división de opiniones entre los transeúntes de estas zonas verdes. Principalmente, entre los que son dueños de estas mascotas y los que no.
Cabe destacar que en estas tres zonas verdes existen espacios creados especialmente para los perros. Por ejemplo, en el parque Miraflores existen tres ubicaciones llamadas zonas de esparcimiento canino. Sin embargo, para los propietarios de algunos de estos animales no son lugares adecuados para ellos. «Estaría bien siempre y cuando la gente respetase. La gente confunde un perro agresivo con un perro activo. Están todos ocupados por otros más grandes y no todos los perros están cómodos», explica Mari Feli mientras juega con su can suelto en este mismo parque.
Esa acción, ella sentada lanzándole una pelotita a su perro para que lo recoja ya no la va a poder seguir haciendo. Tampoco podrá otro vecino de la zona que justo quitaba la correa a su mascota para que se moviera con libertad mientras pasea. «No creo que haya problemas con que los perros estén sueltos. Es el dueño el que puede definir si su animal puede ir suelto o no», relata.
Una dueña y su perro jugando / Miguel Ángel Gracia
Los dueños son los responsables
Ambos dueños concuerdan en que lo más importante es la responsabilidad de quien los pasea sean su propietario o una persona que se dedique a ello y, también, que es importante entender que hay perros que no pueden estar sueltos. «Pasa igual que puede pasar con las personas. Hay personas que puedan estar sueltas y hay quienes no… Para eso están las prisiones», compara el hombre.
Rocío, una madre que juega con su hijo (y que también tiene perro), entiende la prohibición. «Los perros se comportan como lo hacen sus dueños». Ella comprende que se haga por precaución, pero cree que se pone el ojo en los perros equivocados. «Tienes los más pequeñitos sueltos por los sitios y a veces son los que más molestan y luego tienes a los potencialmente peligrosos que son un amor, no hacen nada y puedes estar hasta con los niños», añade.
Marisol es otra madre con su hija que ve la medida necesaria y correcta. «Es un desmadre. Hay niños cerca jugando y ves a estos animales sueltos grandes que hacen sus necesidades donde quieren y nadie lo recoge, cuando hay zonas de perros que pueden estar y no están», comenta. Asimismo, ella también señala la gran cantidad de canes sueltos que hay. «A las nueve de la mañana está todo lleno de perros. Casi no se puede pasear y hay gente que es responsable y gente que no. Los críos no pueden ni jugar», protesta.
Las zonas de esparcimiento canino
Los canes que acudan a estos parques y a las zonas del Jardín Japonés y de la Rosaleda en el parque Grande solo podrán estar sueltos en las zonas de esparcimiento canino. «No tiene sentido. El perro tiene que moverse un poquito y ahí lo hacen pero en zonas reducidas. No soy partidario de la separación ni de hacer guetos para perros», comenta uno de los dueños. Mari Feli cree que estos espacios, mal nombrados como pipi-canes, tendrían que organizarse mejor. «Hay 4 pipi-canes, pues pones uno para perros grandes activos, otro para grandes tranquilos y los otros dos para pequeños activos y tranquilos. Así sería mucho mejor y no molestarían a la gente por el parque», concreta.
Desde el área de Medio Ambiente y Movilidad afirman que también es para proteger los árboles y el césped de la los excrementos de los amigos caninos para asegurar un ambiente limpio y seguro. Esta vecina opina que no tendría por qué haber ningún problema con esto. «Si tú vas caminando y ves que el perro hace caca y la recoges, y tienes cuidado con los pises y vas con tus aguas y demás, no veo la razón para que no esté suelto el animal», afirma.