En el fútbol, como en la vida, se puede preparar un plan, considerar unas situaciones, situar piezas sobre el tablero, trazar al milímetro una estrategia de juego. Pero luego está la pelota, que a veces no entiende de lógicas y sí mucho de azares y momentos. Algo así ocurrió ayer en la victoria de Mauritania ante Arabia Saudí, un partido entre dos equipos que aplicaron su plan de partido con acierto, pero que no dejó de estar en el alambre y que acabó decidiéndose en tres jugadas aisladas y siete minutos de infarto. La selección mauritana jugó bien, pero Arabia Saudí también tuvo oportunidad de plantar batalla, diluida por errores que no podían entrar en ningún pronóstico. El 3-2 permite a Mauritania pasar a sus primeras semifinales en el COTIF.
Tras la derrota frente a Alboraya en la primera jornada, el combinado asiático recompuso su once titular dando entrada a una nueva pareja de centrales, Sufyani y Awaji, y dos nuevos centrocampistas, Ahmed y Alqahtan: toda la columna vertebral, renovada. La posible reacción con el cambio de cromos quedó anulada pronto. No habían pasado dos minutos de juego cuando Mauritania se adelantó, gracias a un gran servicio de córner rematado al primer palo por Saidu.
Trató de rehacerse la selección asiática, y a punto estuvo de empatar con un chut fuera de Suhayb tras una jugada que merecía un mejor remate. Arabia Saudí siguió intentándolo, con Mauritania bien plantada y saliendo rápido a la contra. Y, entonces, la anarquía. En el minuto 14, el despeje larguísimo de Brahim, el portero mauritano, se envenenó y acabó dentro de la portería, después de que su homólogo saudí midiese muy mal la salida. Dos minutos después, Awaji recortó distancias tras un saque de esquina. Pero en el 21’, Mauritania volvió a ampliar su ventaja: Wauliud envió un pase por alto magnífico que N’Yau convirtió en golazo con una vaselina desde la frontal. El campo de Els Arcs vibraba: tres goles en siete minutos, puro show. Pero la pausa para la refrigeración heló también el partido. Arabia Saudí intentó seguir atacando, sobre todo por banda izquierda, pero Wauliud (centrocampista, pero ayer en el lateral) era un muro de contención. Aún pudo llegar el cuarto tanto mauritano y la sentencia antes del descanso; Surnukh intervino para cortar un contraataque de dos contra uno tras fallo de Fawaz, que se marchó lesionado tras esta jugada.
La segunda mitad arrancó con otra jugada decisiva e impredecible, un penalti tonto de Amadu sobre Faris cuando éste conducía hacia fuera del área. Marcó Ahmed con un chut fuerte al palo izquierdo, y volvió a dejar el partido en un gol de distancia. Els Arcs esperaba que siguiesen cayendo goles, pero el marcador ya no se movió. Sí hubo buen fútbol y emoción hasta el final. Nasser Din, desaparecido en la primera parte, recuperó en la segunda las sensaciones que mostró ante Venezuela y no dejó de generar peligro sobre el área rival, en conducción hacia dentro y con centros bien medidos. Faisal, el portero saudí, se rehízo de su error en el primer tiempo con uno de los paradones del torneo al mismo Nasser Din. Arabia Saudí, por su parte, se impuso en algún tramo en el que pudo encontrar a su ’10’, Faris, quien metió el susto en el cuerpo con conducciones muy verticales. Nunca tiraron la toalla los asiáticos y les llegaron a anular un gol por fuera de juego, pero ya no pudieron romper el entramado defensivo mauritano y empatar el encuentro. Con esta victoria, Mauritania deja encarrilada su clasificación a semifinales, la primera de su historia en el COTIF. Arabia Saudí, por su parte, despide sus opciones de continuar en el torneo.