La salud de Leyla es delicada. Tiene problemas de memoria y su corazón no soportaría un shock emocional. Por eso, Bahar y Timur han decidido mentir: fingen que siguen juntos y que nada ha cambiado, solo para protegerla hasta que llegue el día de su operación.
Evren también está en la casa. Se hace pasar por un amigo de Timur que se está quedando unos días con ellos, cuando es testigo de un momento que le parte el alma.
Leyla, ajena a la verdad, mira a Timur y Bahar con ternura: “Mis niños… menos mal que os tengo. Vosotros dos sois mi verdadera riqueza”.
Bahar la quiere mucho y eso no ha cambiado. Sin poder evitar emocionarse, le responde: “Tía, somos afortunados porque te tenemos a ti”.
Pero en los ojos de Evren hay dolor. Ve cómo el pasado vuelve a invadir el presente y cómo Leyla agradece a Bahar un amor que ya no existe.
Por su parte, Bahar apenas puede contener las lágrimas. Porque aunque esa familia ya no exista, siente que está haciendo lo correcto: mentir para proteger una vida.