¿Cuánto cuesta un alimento tan básico como una fruta, una verdura o un plato de arroz? La respuesta, cada vez más a menudo, no solo depende de los costes de producción sino que, además, también lleva grabado el precio de los extremos climáticos. Según demuestra un estudio del Barcelona Supercomputing Center, en los últimos años el precio de productos esenciales como el cacao, el café, el aceite de oliva o las patatas ha escalado a niveles históricos debido, entre otros, a fenómenos amplificados por el cambio climático como, por ejemplo, el calor extremo, las sequías o las inundaciones. «Hasta que no logremos emisiones netas cero, el clima extremo solo irá a peor, y ya está dañando cultivos y encareciendo la comida en todo el mundo», afirma Maximilian Kotz, investigador del BSC-CNS y autor principal del estudio.
La investigación, publicada esta semana en la revista científica ‘Environmental Research Letters’, documenta un total de 16 eventos climáticos extremos ocurridos en los últimos dos años en una veintena de países del mundo y que, según han podido constatar, provocaron subidas abruptas en el precio de alimentos tan esenciales como la fruta, la verdura, el arroz, las patatas, el cacao o el café. En muchos casos, además, se ha constatado que los extremos de calor, sequía o lluvia habrían sido prácticamente imposibles, o al menos no tan devastadores, sin el efecto del calentamiento global en el planeta. De ahí que los expertos hablen de estos casos como ejemplos muy ilustrativos de la llamada inflación climática; el aumento de los precios de los alimentos debido a los impactos de esta crisis global.
El caso más dramático documentado hasta ahora es el del cacao. En abril de 2024, los precios globales de este producto se dispararon un 280 % respecto al año anterior tras una ola de calor sin precedentes en Costa de Marfil y Ghana, responsables del 60 % de la producción mundial de este alimento. Según indican los análisis, esta ola fue hasta cuatro grados más cálida de lo normal por culpa del cambio climático. Otro ejemplo igual de preocupante es el del café. En Brasil, uno de los principales productores de este grano, la sequía extrema, que fue hasta 30 veces más probable por el calentamiento global, hizo que los precios del café arábica subieran un 55 % en agosto de 2024. Mientras, en Vietnam, el principal productor de la variedad robusta, una serie de olas de calor récord provocaron un incremento del 100 % en los precios en julio de ese mismo año.
Casos en todo el mundo
En el sur de Europa, uno de los productos más representativos de la dieta mediterránea también se ha convertido en termómetro de los impactos de la crisis climática sobre el terreno y, más concretamente, sobre la producción agrícola. Tras la prolongada sequía que se extendió entre 2022 y 2023, especialmente intensa en España e Italia, el precio del aceite de oliva en la Unión Europea se incrementó en un 50 % respecto a los valores de los años anteriores. Este episodio, según apuntan los expertos, fue un 30 % más severo por el cambio climático. En España, que produce más del 40 % del aceite de oliva mundial, los campos quedaron exhaustos y se reportaron pérdidas millonarias en el sector y un encarecimiento general del precio de venta al público. En los momentos álgidos de esta crisis se estima que este producto llegó a alcanzar hasta los 15 euros por litro.
La sequía de 2022 y 2023 hizo que el precio del aceite de oliva en la Unión Europea se incrementara en un 50 %, llegando a la cifra récord de 15 euros el litro
El análisis corrobora que la inflación climática ya está teniendo un impacto en todos los continentes y regiones del mundo, sin excepción. En el Reino Unido, por ejemplo, la combinación de lluvias invernales extremas en enero y febrero de 2024, que fueron hasta 10 veces más probables debido al cambio climático, provocó un aumento del 22 % en el precio de las patatas. También se reportan aumentos en el precio de cebollas, cereales, brócoli y coliflores cultivados en la zona. Según Amber Sawyer, analista de Energy & Climate Intelligence Unit, solo entre 2022 y 2023 el cambio climático añadió cerca de 360 libras (más de 415 euros) a la factura media de cada hogar británico.
Efecto global
En Asia se reportan casos como el de Japón, donde el calor extremo del verano pasado aumentó un 48% el precio del arroz. En Corea del Sur se reporta un incremento del 70% del precio de productos como la col. Y en la India, donde se registró una extraordinaria ola de calor amplificada por el cambio climático, se vivió un encarecimiento de más del 80 % en los precios de cebollas y patatas. Mientras, en Pakistán, las lluvias monzónicas torrenciales de agosto de 2022, que fueron hasta un 547 % por encima de la media debido a la crisis climática, dispararon los precios de los alimentos rurales en un 50 % durante ese periodo.
En Japón el precio del arroz subió un 48% por el calor extremo y en Corea del Sur se reporta un incremento del 70% del coste de productos como la col
En el cuerno de África, la sequía de 2022, que destaca como la peor jamás registrada en los últimos cuarenta años, hizo que los precios de los alimentos aumentaran un 40 % en países como Etiopía. Los investigadores estiman que este evento fue alrededor de 100 veces más probable debido al calentamiento global. Lo mismo ocurrió en Estados Unidos, cuando la sequía de 2022 provocó un aumento del 80 % en los precios de las verduras comercializadas en estados como California y Arizona. Según esgrimen los especialistas, el encarecimiento de estos alimentos expone a una situación vulnerable a miles de familias de todo el mundo que, debido a la inflación climática, lo tienen cada vez más complicado para llenar su cesta de la compra.
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