«Imagina un dispositivo del tamaño de la palma de tu mano con el que pudieras detectar a tiempo un tumor sin radiación, sin dolor, sin hospitales. ¿Sería revolucionario, verdad? Pues eso es lo que hemos logrado con ‘Julieta’ y lo que, poco a poco, esperamos que llegue a todo el mundo», explica, entusiasmada, la joven científica y empresaria colombiana Valentina Agudelo, CEO de la ‘startup’ Salva Health, cuyo trabajo ha sido reconocido en la última edición de los Premios Princesa de Girona. «Nuestro objetivo es democratizar la detección precoz del cáncer de mama. El mejor diagnóstico es el que llega antes», explica Agudelo en una entrevista con El Periódico. «Siempre decimos que si las mujeres no pueden llegar a los exámenes, entonces los exámenes tienen que llegar a las mujeres», reivindica.
Julieta nació hace seis años, impulsada por una paradoja inquietante: el cáncer de mama, pese a ser uno de los más tratables si se detecta a tiempo, sigue siendo la principal causa de muerte por cáncer en mujeres a nivel global. Las cifras respaldan esta urgencia. Mientras que la tasa de supervivencia supera el 90% en casos detectados precozmente, miles de mujeres mueren por no haber tenido acceso a un diagnóstico oportuno. Y es ahí donde nace la idea de este dispositivo, que no es otro que eliminar las barreras de acceso a los exámenes médicos. «El dispositivo es portátil, no invasivo e indoloro, y utiliza inteligencia artificial para detectar posibles anomalías sin necesidad de contar con personal especializado. En esencia, permite que cualquier mujer tenga acceso a una prueba de cribado con solo unos minutos de análisis», destaca Agudelo.
«Este dispositivo permite que cualquier mujer tenga acceso a una prueba de cribado con solo unos minutos de análisis»
«No sustituimos a la mamografía, la complementamos. Queremos ser la puerta de entrada al sistema de salud para quienes hoy no la tienen», argumenta la creadora de este dispositivo, que ya se ha utilizado en más de 3.000 pacientes de regiones rurales de Colombia y ha logrado detectar de forma precoz al menos 500 tumores de mama y priorizar la atención de estas pacientes. «Trabajamos con modelos matemáticos que interpretan los datos captados por el dispositivo. Así podemos identificar si hay nódulos, calcificaciones o densidades mamarias sospechosas«, explica Agudelo, quien argumenta que el dispositivo no reemplaza al radiólogo, pero sí filtra a las pacientes que requieren atención urgente y permite priorizar los recursos sanitarios.
Los seis galardonados en los Premios Princesa de Girona: Andreu Dotti,Gabriela Asturias,Antoni Forner Cuenca,Valentina Agudelo, Manuel Bozas y Pablo Sánchez Vergasa, fotografiados en el Liceu. / Jordi Otix
Brecha de acceso
«Julieta nace desde una urgencia, pero también desde una convicción de que la salud no puede seguir dependiendo del código postal. Queremos que cualquier mujer, en cualquier parte del mundo, pueda revisarse de forma segura, privada y sin miedo», dice la joven ingeniera biomédica detrás de este proyecto. «El proyecto ya está llegando a comunidades rurales y a mujeres que nunca antes se habían hecho una revisión. Y la respuesta está siendo increíble. Ver cómo se sienten visibilizadas, cómo se emocionan al sentirse incluidas en el sistema de salud, es quizás lo más bonito del proyecto», destaca, entusiasmada, la empresaria colombiana, quien reivindica la necesidad de «cerrar brechas históricas» que durante siglos han impedido a las personas empobrecidas el acceso a los sistemas de salud y que aún a día de hoy impiden que muchas mujeres puedan hacerse cargo de algo tan esencial como la posibilidad de cuidarse.
«Julieta nace desde una urgencia, pero también desde una convicción de que la salud no puede seguir dependiendo del código postal»
Julieta ya ha superado las fases iniciales de diseño y validación de concepto. El equipo de Agudelo ha logrado construir un prototipo funcional y actualmente está realizando pruebas clínicas en colaboración con hospitales de América Latina y Europa. Su primer objetivo es demostrar su precisión diagnóstica frente a tecnologías tradicionales. Después, trabajan para que este proyecto pueda llegar a todos los rincones del mundo. «Queremos que Julieta sea parte de esa revolución tranquila que está transformando la medicina. Una revolución donde la inteligencia artificial salva vidas, pero sobre todo, da esperanza», comenta la investigadora detrás de este proyecto, que integran un total de 25 profesionales de distintas especialidades.
Suscríbete para seguir leyendo