El BBVA ha decidido que el periodo de aceptación de la oferta de compra (opa) del Sabadell para los accionistas del banco catalán comience a principios de septiembre, en lugar de a finales de julio como venía previendo hasta ahora. La entidad presidida por Carlos Torres ha optado por ello ya que el mes de agosto es prácticamente inhábil para los mercados financieros, con lo que el cierre de la operación iba a tener en lugar en cualquier caso entrado septiembre. Además, el retraso le permitirá negociar con más calma con la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) la inclusión de información relevante en el folleto de la operación, que recoge todas las características y riesgos de la misma.
El banco de origen vasco, así, podrá incorporar al documento del resultado de las juntas de accionistas que el Sabadell celebrará el 6 de agosto para aprobar la venta de su filial británica TSB al Santander y, caso de que reciba el visto buen, el pago de un dividendo extraordinario de 2.500 millones de euros en efectivo cuando se cierre dicha transacción, a principios de 2026. Se trata de una operación muy relevante para la opa, ya que el BBVA tendría la opción legal de desistir de su intento de compra de su rival en caso de que la desinversión sea aprobada por sus accionistas.
El BBVA tendrá que consignar en el folleto tanto cómo impactaría en sus planes y cifras que la venta sea rechaza como el efecto de que fuera aprobada, si decide seguir adelante con la opa en ese caso. También tiene que incorporar al folleto información relevante relativa al impacto en las sinergias que esperaba obtener con la opa (850 millones al año) de la condición que el Gobierno fijó a la operación: ambas entidades deberán mantener «personalidad jurídica y patrimonios separados y autonomía en la gestión» durante tres años, ampliables en otros dos.