“¿Qué estás haciendo, hermano?” Solo había pasado un instante desde que me uní al grupo cuando la hermana Carmen Maria —sin tilde— quiso saber en qué ocupaba mi tiempo con un mensaje privado. Su tono era cálido, casi maternal, como si se preocupara de verdad por mi alma. Su foto de perfil era la clásica: la Virgen María sujetando al niño Jesús, nada muy revelador. Más pistas daba el hermano David, el otro que contactó conmigo directamente al margen del grupo: un hombre de rasgos asiáticos. Más tarde sabría que era chino.
El grupo de WhatsApp se llama Oración Católica Estudio Bíblico y suena a rosario y misa de domingo. Bajo esa fachada devota se esconde una maquinaria religiosa con estética de app evangélica: hiperveloz, multicanal y con un punto inquietante de eficiencia digital. Se expande con grupos de nombres similares a través de WhatsApp, Facebook, YouTube y Telegram, y tiene su propia biblia, titulada ‘La palabra manifestada en carne’, así como su propia app en todos los formatos.
Desde octubre de 2016, la Iglesia del Dios Todopoderoso figura en el Registro de Entidades Religiosas del Ministerio de Justicia y su principal caladero de adeptos es el cristiano. Aunque a primera vista parece una religión inofensiva, el hecho de que recurra a símbolos y referencias católicas para atraer fieles ya indica que no actúa con transparencia ni nobleza. La tesis de su ideología se resume en una frase: Jesucristo ha regresado encarnado en una persona china.
Pero nada de eso lo sabía yo cuando todo comenzó.
La invitación a entrar apareció en cualquier chat grupal muy numeroso con administradores desconocidos. En este caso, fue en uno de aficionados a los agapornis de ámbito nacional. Entre mensajes sobre mudas de plumas y sexajes por ADN, alguien compartió un enlace con la invitación al grupo. La imagen de perfil era una estampa clásica religiosa. El nombre y la estética no parecían una amenaza, más bien despertaban esa sospecha curiosa que empuja a hacer clic. Demasiado goloso para los entrometidos y los sedientos de fe.
La biblia del Relámpago de Oriente / ED
Solo los administradores pueden escribir y lo hacen con frecuencia casi horaria: imágenes religiosas, frases motivacionales, muchas citas bíblicas y oraciones dirigidas a nosotros, “los hermanos”. No habían pasado ni dos minutos cuando recibí el primer mensaje privado. Era Carmen Maria, con una amabilidad que bordeaba lo inquietante.
A los pocos minutos, tras tantear tus verdaderas motivaciones, te incluyen en otro grupo de whatsapp, más cerrado, reservado para las reuniones virtuales. Era el momento de rezar en grupo, escuchar prédicas, repasar textos bíblicos y responder a cuestionarios sobre la palabra de Dios y otras muchas cosas. Todo muy bien pautado: lunes, miércoles y viernes, de 21:00 a 22:30. “El que no escucha, no entra al Reino de los Cielos”, advierten. Primera advertencia.
Tras la segunda reunión, Carmen Maria vuelve a la carga. Quiere saber en qué ocupo mi tiempo. Su tono sigue siendo dulce, pero ya hay algo distinto, una urgencia velada. Entonces aparece el hermano David. Su mensaje es directo, con un emoticono de sonrisa disfrazada de reproche: “Hermano, debiste de estar muy ocupado anoche, ¿verdad? Te vi llegar tarde a nuestra reunión.” Segundo día, primera falta.
Tres noches a la semana
El grupo es un torbellino de mensajes y profecías. Versículos, imágenes de Jesús con rebaños de ovejas, prosperidad y obediencia. Todo muy visual y con una estética clásica, muy de libro de religión del siglo XX. Todo muy unilateral. Pero en los chats privados de los hermanos ‘superiores’, el tono cambia. Los mensajes se vuelven íntimos y peligrosamente manipuladores, con la culpa en el trasfondo de muchas conversaciones.

Uno de los mensajes que anuncian la segunda venida de Cristo. / ED
El hermano David se interesa por mi estado civil. Al conocer mi (falsa) soltería, Carmen Maria aparece de forma inmediata en mi whatsapp con una foto suya sonriendo. No podía ser casualidad. No lo dice, pero se está insinuando. Se acaba de enterar de que soy soltero y me quiere seducir, es obvio. Después habla de “sembrar en el Reino” para abrir caminos. Ya no habla de orar, sino de “semillas”, “pruebas de fe”, “obediencia espiritual”. El lenguaje se vuelve cada vez más cada vez más enredador y manipulador. Cada vez disimulan menos. Empieza la verdadera prueba.
Mientras tanto, sigo asistiendo a las reuniones virtuales: 4 horas y media a la semana en la que se formulan preguntas. Otro ‘hermano’ controla si participas. En caso contrario, te envía advertencias para que lo hagas. Mis noches de los lunes, martes y miércoles son pegadas al móvil, leyendo versículos encerrado en el baño y después ya durante la cena, mientras mi familia anda mosqueada. “Calla, que estoy rezando”, le digo a mi hijo una noche mientras mi mujer me mira con una expresión perpleja que ya conozco. «Pero, ¿con quién hablas? ¿Con quién rezas?”. Más tarde le explicaré que hay tres noches a la semana que soy el ‘hermano José Manuel’ y que estoy ocupado en asuntos divinos.
No hace falta estar muy atento ni ser muy listo para responder correctamente a las preguntas que se formulan en estas reuniones nocturnas. (Un ejemplo: ¿Cómo vendrá el Señor en los últimos días?: A. El Señor vendrá con millones de ángeles directamente en las nubes y todos lo verán. B. El Señor solo vendrá como un ladrón en la noche. C. No creo que sea tan simple como la gente piensa, tal vez Él vendrá en carne primero de una manera escondida y luego vendrá abiertamente en una nube blanca. La respuesta correcta es la B, acompañada de versículos de la biblia como “Porque el Hijo del Hombre será como el relámpago que relampaguea de un lado a otro del cielo. Pero primero es necesario que padezca mucho y sea rechazado por esta generación») (Lucas 17:24-25)”.

Imágenes de una película creada por la Iglesia del Dios Todopoderoso. / ED
Las clases van según lo previsto con nuevas enseñanzas. Vivimos en la Era del Reino, la tercera de la Humanidad, y se acercan los últimos días. Por eso ha regresado el Mesías. De los 29 participantes, solo hay dos hombres y uno soy yo. El resto se reparte entre mujeres mayores y algunas más jóvenes, de estas la mayoría de origen sudamericano. Las referencias a la segunda venida de Jesucristo son constantes. Pero, ¿dónde está? ¿Se va a manifestar? Según ellos, Jesús ha vuelto, pero el mundo aún no lo sabe. Y antes de que uno lo cuestione, insisten: “Cuando Jesús vino por primera vez, los principales sacerdotes y los fariseos no reconocieron que Jesús era Dios y se resistieron a su condena y crucifixión. Merece la pena advertirles sobre estas lecciones”. Buena estrategia y, en este sentido, tan lícita como otras religiones.
Marcaje estrecho
Las preguntas del hermano David continúan por privado. Hay mensajes de complicidad: una imagen de su comida del día (unos ‘dumplings’) y una invitación a probarlos con él en un restaurante de Madrid. A continuación me envía una foto de un chalet con el mensaje: ‘Estás invitado a mi casa. Solo invito a mis verdaderos amigos. Te llevaré a comer buena comida china’. Del intento de intercambio de fotografías con la hermana Carmen Maria pasamos a algo más. Quieren que viaje a Madrid.
“Creemos en Dios y buscamos la verdad. No debemos dejarnos controlar por nadie. Podemos tratarlo con sabiduría. Podemos escuchar y aprender las palabras de Dios en línea en casa. No podemos decírselo al sacerdote»
Pasan las semanas y crece la confianza. El marcaje es cada vez más estrecho: “Hola hermano, Te veo desconectado del sermón, puedes volver a unirte a la llamada y seguir escuchándolo”. Cuando Carmen Maria pregunta al día siguiente qué me pareció la reunión de anoche, contraataco. Simulo ser un católico muy devoto, que he hablado con mi párroco y me ha ‘prohibido’ seguir en el grupo. Su respuesta es directa: “Creemos en Dios y buscamos la verdad. No debemos dejarnos controlar por nadie. Podemos tratarlo con sabiduría. Podemos escuchar y aprender las palabras de Dios en línea en casa. No podemos decírselo al sacerdote”, contesta. Después irrumpe el hermano David en mi whatsapp con una cita: “Hermano José Manuel, Dios busca a aquellos que anhelan que Él aparezca, Él busca a aquellos que son tan obedientes como bebés delante de Él, y no se resisten a Él» para reforzar el mensaje.
“Creemos en Dios y buscamos la verdad. No debemos dejarnos controlar por nadie. Podemos tratarlo con sabiduría»
A la octava semana, Carmen Maria insiste en que le envíe una foto o que actualice mi perfil de whatsapp con una imagen mía, porque la que tengo es abstracta. Le pongo excusas, intento crear una por IA, hasta que al final decido poner una mía que se me ve de lejos. Salgo del paso. Lo noto cuando cambia el tono de la conversación para volver a lo que realmente me interesa. “¿Cómo ha ido hoy? ¿Ha podido pensar en la palabra de Dios y en la segunda venida de Jesucristo?”.
A medida que cumplo de sobra con las reuniones y las respuestas, espero algo más que una estafa emocional: una petición de una ofrenda económica, mi cuenta del banco, mi dirección o la escritura de mi casa. No hay nada de eso, quizá es pronto. De repente, una pista: en la última reunión, informan que nos regalarán los 7 volúmenes del tercer testamento (‘La Palabra manifestada en Carne’) antes de felicitarnos por haber llegado hasta aquí y pasar al siguiente grado. Necesitarán nuestra dirección. A partir de ahora, me dicen, serán reuniones por zonas geográficas en grupos menos numerosos y prometen que pronto habrá encuentros presenciales y apuntan que en la Comunitat Valenciana hay «muchas ovejas».
He superado el primer nivel. La emoción sube. Carmen Maria insiste de nuevo en la fotografía de perfil. Quiere una más clara. Le damos largas y seguimos a la espera de más noticias sobre el paradero actual del Mesías. “Por cierto, querido hermano, esta noche tus respuestas fueron maravillosas. Se nota tu amor por la verdad y tu deseo de acercarte más a Dios”. Todo va bien.
«Como un vencedor»
«¿Dónde está Jesucristo, hermana?», le insisto por privado. “Por sus palabras y obra los conoceréis. La verdad expresada por Dios Todopoderoso te permitirá conocer a Dios cada vez más. También cambiará tu carácter para que puedas ser perfeccionado por Dios como un vencedor”, responde, antes de pegar tres párrafos más con mensajes vacíos sobre la importancia de escuchar la palabra de Dios. Hay referencias constantes a Satanás y advertencias sobre las consecuencias para quien traicione a los ángeles del ‘Reino de Dios’: serán arrojados ‘al lago del fuego’. Chantaje emocional, culpa religiosa y manipulación para mentes frágiles: pura palabrería disfrazada de fe, pero no por eso menos efectivas peligrosa. Pura palabrería.

Carátulas de vídeos sobre testimonios neocristianos. / ED
Googleamos y encontramos respuestas. Ahí estaba el nombre coloquial de esta secta: Relámpago de Oriente. Su popular apodo, que suena a superhéroe, fue extraído de un versículo del Nuevo Testamento («Porque como el relámpago que sale del Oriente y brilla hasta el Occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre»).
Mientras termino de redactar este artículo, hay un nuevo mensaje en nuestro whatsapp religioso grupal. Se ha organizado un encuentro hoy domingo a las 10 de la mañana en un parque de València. No es el primero, porque en el cartel que lo anuncia salen fotografías de reuniones pasadas. De las 15 personas que aparecen en las imágenes, solo hay una con rasgos asiáticos.
Como muestra, su potencial productivo en el terreno artístico: en su poderosa web, hay muchas películas, coros con danzas, testimonios, series de sermones y vídeos musicales muy trabajados
Se trata de un grupo neocristiano nacido en China en 1991, que predica que Jesús ha regresado en forma de una mujer china que que responde al nombre de Yang Xiangbin y vive supuestamente en Nueva York, aunque nada de esto se explica en los grupos de captación. Han sido duramente perseguidos por el régimen comunista, pero también señalados por coacción y aislamiento de fieles. En Occidente se extienden rápidamente a través de las redes sociales. Como muestra, su potencial productivo en el terreno artístico: en su poderosa web, hay muchas películas (todas sobre historias de neocristianos chinos perseguidas por el régimen), coros con danzas, testimonios, series de sermones y vídeos musicales muy trabajados. Se nota que es una religión que crece y que tiene recursos económicos.
Su base en España es una casa en un polígono industrial de Fuenlabrada. Desde ahí, coordinan sus grupos virtuales. Yo había entrado por curiosidad y me dejé llevar. Ahora estaba un nivel más arriba, tenía casa en Madrid, una posible proposición amorosa a la que responder y estaba citado para la primera reunión física. ¿Qué sería lo siguiente?