Inquietud entre los inmigrantes en Alicante por los disturbios xenófobos en Torre Pacheco: «No somos un problema»

Chegdali Besraoui leyó la noticia en el móvil mientras abría su restaurante en Crevillent. Un local regentado por un marroquí había sido asaltado en Torre Pacheco por un grupo de hombres encapuchados, armados con machetes, palos y gas pimienta. Lo destrozaron todo. No conocía al dueño, pero le bastó una imagen para entender que aquello también iba con él. «Lo primero que pensé fue que eso aquí no va a pasar, aquí nos respetamos, pero no pude evitar sentirme preocupado», afirma Besraoui. A su alrededor, en la provincia de Alicante, miles de inmigrantes han levantado negocios en las últimas décadas. Son parte del tejido comercial y de la vida en municipios como Alicante, Elche, Crevillent, Calp o Torrevieja. Y, sin embargo, lo ocurrido en la cercana localidad murciana resuena, para ellos, como una advertencia, la violencia no solo golpea a las personas, también a lo que representan.

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