Guillermo Arriaga nos cuenta en ‘El hombre’ la triste historia de la humanidad, de cómo aquellos sin escrúpulos ni conciencia se han servido de la violencia y el exterminio de los más débiles para montar sobre ellos su imperio con el que seguir aumentando su poder y su fuerza. Todo esto ya nos lo descubrió Carlos Marx en El manifiesto comunista pero Guillermo Arriaga lo ilustra de manera grandiosa con esta novela épica y monumental que tiene un territorio: la frontera entre México y Estados Unidos y a un protagonista, Henry Lloyd, ese hombre cruel y despiadado que a principio del siglo XIX y desde la nada forja un imperio apoderándose por la violencia de las tierras de los mejicanos humildes y esclavizando a miles de hombres negros.
Es la historia del mundo, sí, pero Arriaga la convierte en historia mítica a partir de esa poderosa narrativa que tiene para imaginar y contar historias que trascienden y que convierte, como en este caso, en una colosal novela, que inunda nuestros sentidos de una literatura tan universal como grandiosa y única.
‘El hombre’ tiene un protagonista: Henry Lloyd, un hombre cruel y despiadado, y narra la construcción y el éxito de su imperio en Texas consiguiendo apoderarse de grandes tierras en México que arrebata por la fuerza y el terror a sus antiguos dueños, y que son trabajadas por un ejército de esclavos. Él viene del mundo de los parias, con sus inicios de una infancia en orfandad y pobreza que más tarde es recogido por un trampero que le enseña a sobrevivir en condiciones adversas. Y así ‘El hombre’ nos relata cómo se puede conseguir un imperio partiendo de la carencia absoluta de casi todo.
Pero pese a su implacable dureza, Lloyd consigue que sus más próximos le quieran con pasión absoluta, incluso sus esclavos le tienen una devoción y lealtad incondicional pues se preocupa por ellos, los escucha, les ofrece buenas condiciones de vida, dentro de su situación. Es el caso del esclavo Jeremaya que llega a decir: «Si hay que decidir entre mi vida y la de Henry Lloyd, doy mi vida». Es tan cruel como carismático y «podía matar con una sonrisa» .
‘El hombre’ se construye a partir de seis personajes, seis voces narradoras, cada una muy distinta a las otras, cada una con una estructura diferente y bien identificada, y con un lenguaje y un tono igualmente distinto y particular. Primero es la voz de Jack Barley, el gran enemigo de Lloyd, el único al que teme y respeta pues es igual que él, su némesis frente al espejo. Vendrá luego la voz de Virginia, la ex mujer de Lloyd; ella le atiende al final de sus días cuando la demencia senil le convierte en anciano agónico. La voz de Virginia es un monólogo caótico donde los recuerdos de las atrocidades de Lloyd surgen de manera desordenada y atropellada. Luego viene la voz del mexicano Rodrigo que crece del lado que se anexionó EEUU y se convierte, como muchos entonces, en un mejicano en tierra estadounidense; luego la voz de un esclavo que lo es desde los nueve años en que fue robado junto a sus hermanos, tras asesinar a sus padres. Habla luego un profesor de Harvard que, 200 años después, en 2024, nos cuenta que sucedió con el imperio de Lloyd. La voz más profunda y esclarecedora es la de Jeremaya, el único esclavo que se niega a hablar inglés, lo hace cuando llega a los 100 años para narrar lo que vio, pero lo hace en su lenguaje.
Luego a partir de su propio relato y el de un joven ranchero mexicano y de un descendiente directo, vamos conociendo la personalidad brutal y firme de este hombre que no reparó en cometer asesinatos, saqueos, o expolio de tierra para lograr alcanzar su imperio.
Finalmente otra voz en tercera persona cuenta lo que ocurrió con los descendientes de Henry Lloyd, tanto los legítimos como los bastardos, que fueron muchos. Así llegamos a Henry Lloyd VI, el actual heredero del imperio. Este recuerda como una de las principales enseñanzas son las palabras de sus antepasados cuando les hablaban de los políticos para decirle: no confíe en los políticos y menos en esos que dicen encarnar los deseos del pueblo, porque son los que justifican cualquier atrocidad bajo esta afirmación.
‘El hombre’ exige una atenta lectura y una complicidad del lector pues siendo una historia narrada a seis voces, ofrece continuos saltos en el tiempo, desde los inicios de siglo XIX hasta 2024, con los herederos de Lloyd. Las voces ademas tienen cada una de ellas su propia fuerza narrativa y se formulan como piezas de un rompecabezas que conformen van uniéndose van dando sentido al relato, de manera que no es hasta bien entrada la novela que toda ella cobra sentido para el lector .
Todo lo que pasa en esta historia tiene su base en el pasado, en lo ocurrido antes cuando a uno y otro lado de la frontera, americanos del norte y mejicanos se dedicaron al exterminio de las tribus indias oriundas y se apropiaron de sus tierras. Fue un tiempo que marcó a fuego la relación entre EE UU y México. Luego, el vecino del norte fue mas fuerte y ambicioso y mantuvo su hegemonía forjada con sangre y muerte.
Con gran clarividencia, con ese rigor literario que le ha elevado a la cima de gran escritor, Arriaga construye un colosal relato para narrar los orígenes de violencia, esclavitu y despojo de las tierras de México sobre los que se levantó el poderoso vecino del norte.
El hombre
- Guillermo Arriaga
- Editorial: Alfaguara
- Precio: 24,60 €
- 688 pp.