España podría tener los días contados, al menos eso cree el expresidente del Gobierno, José María Aznar. Es más, los actuales ciudadanos de este país podrían ser “los últimos españoles de la historia” si Pedro Sánchez continúa como presidente del Gobierno después de las próximas elecciones.
Se terminan los sinónimos de ‘apocalíptico’ a la hora de definir el análisis del presente y el futuro del escenario político que realiza José María Aznar. Este viernes, el que fuera presidente del gobierno con el Partido Popular entre 1996 y 2004 ha protagonizado la intervención estrella de la primera jornada de la Conferencia Política Anual que organiza el Partido Popular de Ibiza, y que se celebra este viernes y sábado en el Hotel Torre del Mar. Lo que, a priori, era un diálogo entre Aznar y la presidenta balear, Marga Prohens, sobre ‘Los gobiernos y las políticas en la España de hoy’, en realidad ha sido prácticamente un monólogo de una hora de duración en el que Aznar ha desgranado sus particulares obsesiones y también ha ofrecido sus recetas. Unas recetas que van dirigidas al actual presidente del Partido Popular y líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo.
Alianzas más allá del PP
Así, Aznar considera que la supervivencia de España como Estado se juega en las próximas elecciones generales ya que, a su juicio, estamos ante “una crisis existencial de España”. “Aquí se está discutiendo sobre la soberanía nacional, sobre la continuidad nacional y sobre la convivencia entre ciudadanos. Por lo tanto, cualquier otra circunstancia pierde relevancia ante la magnitud de la dimensión existencial”, afirma Aznar y añade que, en consecuencia, en la próxima convocatoria a las urnas “los españoles tenemos que decidir si queremos que la soberanía nacional siga existiendo, si queremos la continuidad histórica de España, si queremos persistir en nuestra convivencia constitucional o si queremos que todo eso salte por los aires”. «Sánchez es el jefe de la banda que quiere acabar con España», acusa rotundo.
Para lograr el cambio de gobierno, Aznar considera que no hay que desechar la colaboración de ningún partido situado en el marco de la derecha política. Sin citar a Vox en ningún momento, pero aludiendo al partido ultraderechista, el expresidente conminó a construir una mayoría que “trascienda las siglas del Partido Popular”, ya que “la expresión de una mayoría nacional” no necesariamente se tiene que “identificar partidariamente con el Partido Popular”. En cualquier caso, Aznar señaló que lo importante es tener presente que “la única alternativa posible pasa por el Partido Popular”.
Según el expresidente del Gobierno, existe el riesgo de que el actual Gobierno “trocee la soberanía” y convierta a España “en un conjunto de ‘republiquetas’ confederadas” y retomó una de sus frases más célebre: “El que pueda hacer, que haga”.
El tono de Aznar se volvió más sombrío todavía al augurar una futura confrontación si se certifica esta ‘muerte de España’: “Que nadie crea que si salta por los aires la Constitución, el Estado de Derecho y respeto a las leyes de España, eso no afectará a la convivencia entre los españoles. Si alguien cree que se puede liquidar la unidad de España sin que eso afecte a la convivencia entre los españoles, está equivocado”.
La intervención de Aznar terminó con un fuerte aplauso de todos los asistentes, en su gran mayoría cargos públicos del PP de Ibiza. La presidenta del Govern balear, Marga Prohens, calificó a Aznar como su primer referente político y “el hombre que demostró que cuando gobierna el Partido Popular, hay cambio, progreso, prosperidad y modernidad”.
Aznar llegó al Hotel Torre del Mar con una hora de retraso y, a la entrada, saludó a los periodistas que lo esperaban, pero no hizo ninguna declaración ni atendió a los medios. El acto ha contado con la presencia del presidente del Partido Popular ibicenco, José Vicente Marí Bosó; el presidente del Consell de Eivissa, Vicent Marí; la expresidenta del Congreso de los Diputados, Luisa Fernanda Rudi, quien ha participado también en una ponencia de la jornada; y el que fuera ministro de Asuntos Exteriores durante el primer gobierno de Aznar, el empresario Abel Matutes.
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