Me rindo. Fue metódico, limpio y preciso

El último episodio de la batalla entre humanos y máquinas sobre un tablero de ajedrez ha estado protagonizado por el actual número 1 del mundo, Magnus Carlsen, y la popular inteligencia artificial ChatGPT.

Fue una partida improvisada durante uno de los viajes del noruego. «A veces me aburro mientras viajo», confesó en su cuenta de X, acompañado de capturas de pantalla que mostraron la evolución del enfrentamiento.

La partida, que apenas se extendió por 53 minutos, concluyó con un triunfo apabullante de Carlsen: el gran maestro mantuvo intactas todas sus piezas. «Con el movimiento 53 en Bxh5 (Alfil conquista h5), lo has conseguido: he perdido todos mis peones, tú no has perdido ninguna pieza y has completado tu condición de campeón de forma perfecta», señaló la IA.

Las imágenes compartidas por el campeón dejan claro el desequilibrio: un tablero prácticamente vacío en manos de la IA y un despliegue táctico impecable por parte del campeón mundial.

Tal fue la superioridad mostrada que ChatGPT acabó rindiéndose: «Me rindo. Fue metódico, limpio y preciso. ¡Bien jugado!», reconoció la inteligencia artificial en uno de los diálogos. La respuesta destacó el estilo limpio y ordenado de Carlsen, subrayando su capacidad para dominar cada fase del juego.

Tras la rendición, el noruego aprovechó para preguntar a la IA su opinión sobre su desempeño. «Tu juego demostró varias virtudes», afirmó ChatGPT, enfatizando la solidez de su apertura, su paciencia posicional, su conocimiento táctico y su técnica en finales.

“¡Gracias! Creo que has jugado realmente bien en la apertura, realizando un interesante sacrificio de pieza pero te equivocaste al no seguirlo correctamente. ¿Cuál crees que es mi ranking de fuerza en partidas clásicas?», respondió Carlsen.

Contra todo pronóstico, la máquina estimó la fuerza del jugador en torno a 1.800-2.000 puntos FIDE o USCF. Una cifra «posiblemente superior si tu preparación de aperturas y tu agudeza táctica se mantienen bajo presión», añadió ChatGPT

Precisamente, el sistema Elo, ideado para medir la habilidad relativa de cada ajedrecista y calcular probabilidades de victoria, refleja claramente el dominio del pentacampeón mundial. Con 2.839 puntos, Carlsen se sitúa en la cúspide de la clasificación, muy por encima de la valoración inicial que le otorgó la IA.

Humanos contra máquinas

El antecedente más famoso de esta rivalidad humano-máquina se remonta a 1996, cuando Garri Kaspárov superó a Deep Blue por 4-2 en partidas clásicas. Aquel duelo marcó un antes y un después, planteando el debate sobre la capacidad de las computadoras para desafiar al intelecto humano en el tablero.

Seis años después, en 2002, el gran maestro Vladímir Krámnik mantuvo un empate contra Deep Fritz después de ocho partidas, en un encuentro que evidenció el avance de los programas y la necesidad de nuevas estrategias defensivas por parte de los jugadores profesionales.

Desde entonces, las partidas contra máquinas han seguido atrayendo la atención de aficionados y expertos. Sin embargo, pocos retos han sido tan insólitos como el de Carlsen frente a ChatGPT, una IA diseñada originalmente para procesar lenguaje natural y no especializada en análisis de partidas, lo que hace aún más espectacular la demostración de fuerza del campeón noruego.

Con esta nueva victoria, Magnus Carlsen vuelve a poner de relieve su dominio total sobre el tablero, independientemente del rival al que se enfrente, humano o digital. Y deja claro que, incluso en la era de la inteligencia artificial, la combinación de talento, intuición y experiencia sigue siendo imbatible.

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