Los trabajadores pueden sufrir muchas enfermedades a lo largo de su vida laboral, algunas más duras que otras. Determinadas patologías tienen consecuencias más graves en la salud de las personas, por esta razón, la Seguridad Social permite que los empleados que no puedan desarrollar su actividad por culpa de estar enfermos, cobren una pensión del Estado.
No todas las enfermedades suponen el final de la vida laboral, pero algunas sí pueden dar acceso a una pensión de por vida. El abogado especializado en derecho laboral y creador de contenido, Lawtips, ha explicado que existe una lista de hasta 71 enfermedades que pueden dar lugar a una incapacidad permanente, permitiendo al afectado dejar de trabajar y seguir cobrando el 100 % de su base reguladora.
Si sufres una enfermedad de esta lista, dejarías de trabajar para «seguir cobrando como si lo hicieras para toda la vida», explica el abogado en un vídeo. Sin embargo, el experto advierte que este no es un trámite sencillo, porque «es difícil que te concedan esta incapacidad y además te la revisarán periódicamente».
Los afectados cobrarán la incapacidad permanente
La incapacidad permanente es una prestación económica que concede la Seguridad Social a un trabajador que «debido a enfermedad o accidente, ve reducida o anulada su capacidad laboral. Esta pensión busca compensar la pérdida de ingresos que sufren estas personas al no poder desempeñar su profesión habitual o cualquier otra».
La prestación por incapacidad permanente puede ser:
- Total: cuando impide el trabajo habitual
- Absoluta: cuando impide cualquier tipo de trabajo
- Gran invalidez: cuando se requiere ayuda de otra persona.
Entre las enfermedades más habituales que pueden dar lugar a esta pensión se encuentran enfermedades que afectan a los músculos y huesos, trastornos mentales severos, patologías cardiovasculares, enfermedades degenerativas como el párkinson o el ELA, y ciertos tipos de cáncer en estado avanzado. Sin embargo, no todas las solicitudes son aceptadas, y cada caso es evaluado por un tribunal médico.
Requisitos para acceder a una pensión de incapacidad permanente
Para optar a esta prestación, el trabajador debe haber cotizado un mínimo de años (salvo en enfermedades graves o accidentes laborales), presentar informes médicos actualizados y superar un proceso de evaluación. Además, la Seguridad Social puede revisar periódicamente el estado del paciente para comprobar si ha mejorado. Una vez puesto todo esto en manos de la administración, un tribunal médico será el encargado de dar el visto bueno, o denegar la solicitud de la pensión de incapacidad permanente.
Por norma general, las cotizaciones de los trabajadores varían según la edad y el tipo de incapacidad, pero se suele exigir un período genérico de 15 años cotizados a lo largo de la vida laboral, y al menos 3 años cotizados dentro de los últimos 10 años anteriores a la fecha de la solicitud de la incapacidad
Los asesores fiscales recuerdan que obtener una pensión de incapacidad permanente no es un proceso automático, pero es una ayuda vital para quienes no pueden continuar trabajando por motivos de salud.