Amanda quiere acercarse a Laura para saber más de César. Los celos le invaden cada vez que los ve juntos, y su preocupación aumenta cuando los ve en el parque disfrutando de una estampa muy familiar… ¡y jugando con un niño pequeño!
El pequeño Omar es hijo de Laura, pero no de César. De todas formas, Amanda quiere ganarse a la abogada del mexicano, por lo que le invita a tomar un café y, sin miedo al éxito, le pregunta desde hace cuánto conoce a César.
Laura le cuenta la historia que le une a César, una relación que comenzó en la secundaria y se alargó hasta la universidad, cuando él se tuvo que ir a Estados Unidos mientras ella se quedó en México. Una relación en la que fueron mucho más que amigos.
Amanda pregunta si la relación a distancia hubiese sido opción, pero Laura lo niega por completo. “No hubiera funcionado nunca”, le confiesa la mexicana, destacando que César tiene muchas virtudes, pero la paciencia no es una de ellas.
Con el tiempo, Laura y César han forjado una bonita amistad, con mucho cariño, pero que no ha ido a más. Ella ha visto a César con multitud de mujeres desde entonces, pero nunca lo vio 100% seguro de tener una relación seria con ninguna, una revelación que deja en fuera de juego a Amanda.
Porque como dice el dicho, “el primer amor te marca, y nunca se olvida”, dice Laura sobre César. ¿Es una reflexión que se aplica también a ella? ¿Sigue sintiendo algo por su primer amor?
