Estrepitoso fracaso del megacomplejo turístico de Wonsan Kalma al estilo Benidorm que ha abierto Corea del Norte. No hay apenas turistas, tiene continuos fallos operativos y los precios son muy elevados.
Para tapar el desastre, Corea del Norte ha anunciado la congelación del turismo extranjero a este resort, una abrupta decisión que contrasta con la reciente promoción de funcionarios, periodistas e influencers procedentes de Rusia.
Este aviso, que aparece en la web de DPR Korea Tour, operada por la agencia de turismo estatal norcoreana, confirma que el complejo Wonsan Kalma comenzó a operar el 1 de julio pero que «no se están aceptando temporalmente turistas extranjeros».
Pionyang no ha explicado el porqué del anuncio, pero entre las posibles razones para la suspensión figuran la débil demanda exterior, que por el momento sólo depende de Rusia, fallos operativos, y el alto precio de los paquetes vacacionales, que ascienden a casi 2.000 dólares por 8 días.
La decisión resulta cuando menos sorpresiva, sobre todo después de las declaraciones de la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, en las que describió el complejo norcoreano, como un «resort fantástico» en el que «todas las instalaciones son perfectas» en un aparente intento de incentivar la demanda entre los viajeros rusos a Corea del Norte.
Cuatro kilómetros de playa, una veintena de hoteles, cine, decenas de tiendas, un teatro, restaurantes, centros de fitness y hasta un parque acuático con camping conforman este complejo, muy similar a Marina d’Or, con el que Kim Jong-Un pretendía abrir al mundo Corea del Norte. Aunque sin éxito.
Rusia, principal promotor
De hecho, el principal promotor de este complejo es Rusia. Agencias de viajes rusas llevan semanas ofreciendo paquetes para viajar al Wonsan Kalma. En sus webs aparecen, incluso, comentarios muy positivos se turistas que ya han viajado a Corea del Norte para disfrutar de este resort.
En este sentido, no es en absoluto casual la reunión que mantuvieron el fin de semana pasado Kim Jong-un y el canciller ruso Serguéi Lavrov. Algunos medios surcoreanos apuntan a que estuvo relacionada con la promoción del sitio a la ciudadanía Rusia.
Kim Jong-un en el complejo turístico de Wonsan Kalma.
Y es que el complejo de Wonsan forma parte de los esfuerzos de Pionyang por generar divisas turísticas, que no están sujetas a sanciones internacionales. Y pretende hacerlo con la ayuda de Rusia, uno de los poquísimos países con el que Corea del Norte mantiene relaciones, ya que este resort difícilmente puede sostenerse sólo con turistas locales, dado el limitado número de norcoreanos con alto poder adquisitivo.
«Es difícil pensar que Wonsan esté realmente dirigido a los nuevos ricos norcoreanos», ha explicado a Efe el experto en sociedad norcoreana y profesor de la Universidad Dong-A, Kang Dong-wan.
Por otro lado, la directora ejecutiva de Vostok Intur, una agencia de viajes con sede en Vladivostok, Inna Mukhina, aseguró al medio ruso Gazeta que el complejo de Wonsan está «pensado especialmente para turistas rusos».
2.000 dólares por 8 días
Pero el grave problema radica en que ni los rusos van. El paquete de ocho días cuesta unos 1.925 dólares por persona, incluyendo vuelos desde Vladivostok, alojamiento, alimentación, seguro y visado. El coste supera en un 71% al salario medio mensual ruso.
Tampoco ayuda algunas críticas que están apareciendo en medios de comunicación rusos. El pasado domingo, Kommersant publicó la reseña de una periodista que visitó el complejo, en el marco de la visita de Lavrov, que ha incomodado al régimen norcoreano.
Críticas
Pese a comentar que en general la prensa invitada tuvo una buena estancia, el artículo menciona una sensación de artificialidad en el lugar y poca afluencia local, al contrario de lo que aseguran los medios norcoreanos.
De hecho, deja entrever que muchos de los supuestos turistas norcoreanos parecían actores entrenados para simular actividad en el resort y que la playa estuvo casi vacía hasta la llegada del ministro ruso.
También señala la ausencia de señalización y materiales en ruso o chino, los idiomas de los turistas que históricamente más han visitado Corea del Norte. Incluso menciona la existencia de nombres de establecimientos traducidos al inglés.
Esta no es la primera vez que Corea del Norte cierra abruptamente el acceso al turismo extranjero, más allá del procedente de Rusia, poco después de anunciar su reapertura.
En marzo de este año, el régimen suspendió las visitas de extranjeros a la ciudad fronteriza de Rason menos de tres semanas después de haberlas retomado, en aparente reacción a reseñas negativas de turistas e influencers que expusieron pobreza, indicios de control extremo y más información potencialmente sensible para el régimen.