«Nos hemos salvado por los pelos. Ha entrado un poco de fuego por el jardín, pero nada en comparación con lo que ha pasado». José Manuel se felicita por su buena suerte, ya que las llamas apenas han tocado parte de su jardín. Su finca, a las afueras de Méntrida, se libró de la devastación de un incendio que en apenas medio día ya ha arrasado más de 3.000 hectáreas entre la provincia de Toledo y la Comunidad de Madrid. Un pequeño milagro que le permite conservar a sus patos, caballos y cabras, además de su hogar. Aunque los campos de alrededor no hayan corrido tanta suerte.
El virulento incendio forestal, originado alrededor de las 15:00 horas del jueves, se propagó con velocidad por los fuertes vientes, con cenizas llegando incluso hasta el centro de Madrid. Tras los trabajos de bomberos y de la UME, las llamas ya se encuentran «perimetradas y en fase de control», por lo que Emergencias ha reducido el nivel de alerta.
Sin embargo, las últimas horas fueron duras para José Manuel, con la incertidumbre de que las llamas pudieran llegar pese a tener el terreno desbrozado. «La noche ha sido tensa, por si se reavivaba el incendio. Nos hicieron dos cortafuegos a las 12 de la noche y gracias a eso hemos estado tranquilos», añade el vecino.
Los alrededores de la finca de José Manuel en Méntrida (Toledo) arrasados por las llamas. / José Luis Roca
Problemas en las afueras, tranquilidad en el pueblo
Pero si en las afueras reinaba la incertidumbre, el centro de Méntrida era un remanso. «Aquí en el pueblo no ha pasado nada, no hubo casi humo siquiera». La pequeña localidad del norte de Toledo despertó este viernes con una tranquilidad insospechada tras el virulento incendio, que ahora preocupa por la previsión de viento para la jornada, que puede complicar los trabajos de extinción de las llamas.
Irónicamente, ese viento que dificulta ahora su extinción y aceleró ayer su expansión resultó clave para que las llamas no asolaran el centro de Méntrida. «Soplaron los vientos y el humo se fue al noroeste, hacia (la urbanización) Calypo y Navalcarnero«, explica Andrés, vecino y taxista de la zona, que apunta a la posibilidad de que el fuego comenzara por la colilla de un cigarro lanzado en una cuneta de la carretera. «Estábamos en la calle jugando a las cartas y no había problema», añade.
Los vecinos también apuntan a la sequedad del terreno como cocausante de la tragedia. «Tanta hierba y tan seco que tenemos el campo, pues el fuego se extendió muy rápido. Fue una pena, pero afortunadamente no ha habido muertes. Algunas casas sí han rozado el fuego», asegura Tomasa.
El incendio forestal se originó alrededor de las 15:00 horas y, posteriormente, se desplazó hasta las localidades madrileñas de Navalcarnero y Villamanta, requiriendo la presencia de las Unidades del Primer Batallón de Intervención de la Unidad Militar de Emergencias (UME).
Los bomberos tratan de apagar este viernes los rescoldos del fuego. / EFE/ Chema Moya
Dada la magnitud del incendio, desde la Comunidad de Madrid se recomendó a los vecinos de Navalcarnero permanecer en sus domicilios con las ventanas cerradas. El control de las llamas permitió que todos aquellos vecinos de la urbanización Calypo Fado que fueron evacuados de la zona cero pudieron regresar a sus domicilios a lo largo de la madrugada. Tal y como informa el Plan Infocam, 26 medios y efectivos continúan tratando de extinguir el fuego, que ya ha sido controlado: 16 medios aéreos, 24 terrestres y 112 profesionales. Asímismo, se ha reabierto el tráfico en todos los sentidos en la A-5 y R-5.
Algunos agricultores se lamentan por perder sus campos de olivos, afectados por las llamas, otros vecinos aseguran que no se enteraron hasta entrada la tarde. Los caprichos de los vientos, que salvaron el centro de Méntrida mientras el incendio arrasaba las zonas circundantes.
