En total, el presupuesto plurianual asciende a 2 billones de euros para siete años, cifra equivalente al 1,26% del PIB comunitario. Si se descuenta el pago de los intereses de la deuda asumida con los fondos Next Generation, se queda en el 1,15%, un ligerísimo aumento respecto al 1,13% del actual marco financiero.
El plan de Von der Leyen supone el pistoletazo de salida para una larga y compleja negociación que se prolongarán al menos hasta principios de 2027. Las discusiones sobre dinero son las más difíciles de la UE, ya que enfrentan a los contribuyentes netos como Alemania o Países Bajos contra los beneficiarios, como España.
La principal novedad que plantea Bruselas es centralizar a nivel de los Estados miembros la gestión de los fondos estructurales, agrícolas y migratorios. Un cambio radical que arrebata a comunidades autónomas y regiones buena parte del poder de decidir cómo se distribuyen las ayudas.
Además, los pagos se condicionarán a la realización de las reformas e inversiones exigidas por la Unión Europea, como ocurre ahora con los fondos Next Generation.
Sin embargo, Von der Leyen no contempla una reedición de los Next Gen, que se aprobaron al mismo tiempo que el vigente presupuesto 2021-2027 y cuya potencia de fuego asciende a 800.000 millones de euros. Italia y España son los grandes perdedores, puesto que han sido los principales beneficiarios -a gran distancia del resto- de los fondos Next Gen.
«Los Next Generation los creamos como respuesta al coronavirus, y fueron extremadamente exitosos. Pero no podemos decir que sea un fondo permanente. Fue -y sigue siendo- un fondo de recuperación tras la pandemia», ha explicado la presidenta de la Comisión.
De hecho, el nuevo presupuesto tendrá que destinar a partir de 2028 un total de 24.000 millones de euros al año para devolver la deuda conjunta europea que se emitió con el fin de financiar los Next Gen.
Si se descuentan los Next Gen, las ayudas europeas adjudicadas a cada Estado miembro serán «ligeramente superiores» a las de la actualidad, asegura Von der Leyen. No obstante, el Ejecutivo comunitario no ha difundido de momento ninguna estimación del importe de estos sobres nacionales.
Durante el periodo 2021-2027, España recibirá alrededor de 100.000 millones en ayudas de la política agrícola común (PAC) y de los fondos estructurales. Nuestro país es el segundo mayor beneficiario de la PAC y de las ayudas regionales, con lo que cualquier recorte de estas partidas le afecta de forma particularmente importante.
Recortes
Bruselas ha eludido cuantificar el porcentaje de recorte aplicado a la PAC y a los fondos estructurales y los cambios en la estructura del presupuesto dificultan hacer los cálculos.
En el caso de la PAC, el próximo presupuesto plurianual reserva un mínimo de 300.000 millones de euros en el periodo 2028-2034 a los pagos directos a los agricultores y 2.000 millones a la pesca, aunque los Estados miembros pueden aumentar estas cantidades recurriendo a la flexibilidad prevista en sus fondos regionales.
En el actual periodo, el presupuesto total de la PAC asciende a alrededor de 400.000 millones de euros, con lo que en el peor de los casos estaríamos hablando de un recorte del 25%.
En cuanto a los fondos estructurales, se consagrará un mínimo de 218.000 millones de euros para las regiones más pobres en siete años, cuando el presupuesto actual total está alrededor de 400.000 millones.
Es decir, en el peor de los casos el recorte podría llegar al 50%, aunque los Estados miembros tienen flexibilidad para aumentar esta cantidad. Eso sí, los Gobiernos están obligados a destinar un 14% de su sobre nacional a gasto social.
En total, la dotación de estos planes nacionales y regionales asciende a 865.000 millones de euros.
El segundo gran capítulo del presupuesto plurianual de la UE es un nuevo Fondo Europeo de Competitividad dotado con 410.000 millones. En este apartado se incluyen los 131.000 millones para defensa; el programa de investigación científica Horizonte Europa, cuya dotación se multiplica por dos; y fondos para digitalización o tecnologías limpias.
El tercer gran apartado del nuevo marco financiero es el consagrado a la política exterior, que asciende a 200.000 millones de euros. Un total de 100.000 millones están reservados para Ucrania. El cuarto y último apartado es el de gastos de personal y administración.
Nuevos impuestos
¿Cómo se financiará el nuevo presupuesto plurianual de la UE? Von der Leyen ha asegurado que los Estados miembros no tendrán que aumentar las contribuciones nacionales a las arcas comunitarias en comparación con el periodo actual, algo que rechazaban Alemania y los ‘frugales’.
Para cubrir el ligero aumento presupuestario y los intereses de la deuda, Bruselas ha propuesto crear cinco nuevos impuestos, que generarían 60.000 millones de euros al año.
Se trata de una cuota de los ingresos del sistema de comercio de emisiones y de la tasa al carbono en frontera; un nuevo impuesto a los residuos electrónicos no recogidos; una cuota de los impuestos especiales sobre el tabaco; y una contribución anual de las grandes empresas.
Es altamente improbable que ninguno de estos impuestos salgan adelante porque los Estados miembros no quieren ceder poderes a Bruselas en materia recaudatoria.