El Patriarcado Latino de Jerusalén insta a los líderes mundiales a poner fin a la «tragedia humana» en Gaza

El Patriarcado Latino de Jerusalén, la máxima representación de la Iglesia Católica en Tierra Santa, ha instado este jueves a los líderes mundiales a hacer todo lo necesario para poner fin a la «tragedia humana y moralmente injustificada» que continúa perpetrando Israel en Gaza, en su mensaje de condena tras el ataque contra la iglesia de la Sagrada Familia en Gaza que ha causado tres muertos, según el Patriarcado y cuatro según fuentes sanitarias de la Franja. 

«El Patriarcado Latino condena enérgicamente esta tragedia y este ataque contra civiles inocentes y un lugar sagrado. Sin embargo, esta tragedia no es mayor ni más terrible que las muchas otras que han asolado Gaza. Muchos otros civiles inocentes también han sido heridos, desplazados o asesinados», denuncia en un comunicado.

«Ha llegado el momento de que los líderes alcen la voz y hagan todo lo necesario para detener esta tragedia humana y moralmente injustificada. Esta horrible guerra debe cesar por completo para que podamos comenzar la larga labor de restaurar la dignidad humana», se puede leer en el texto.

el presidente de COMECE recalca que la guerra es siempre una derrota

Por su parte el presidente de la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE), Mariano Crociata, ha expresado su preocupación por estos hechos desde Ucrania, donde se encuentra de visita de tres días con el fin de expresar su solidaridad con el pueblo y la Iglesia ucraniana.

El Presidente de la COMECE ha querido expresar su profunda cercanía a la pequeña comunidad católica de Gaza, golpeada en un momento de extrema vulnerabilidad. «Aún no sabemos exactamente lo que ha sucedido, pero puedo decir que tales actos renuevan nuestro dolor por la extensión de la violencia y nos obligan a reafirmar, con fuerza, nuestra firme oposición a toda forma de guerra y de conflicto armado».

Crociata ha subrayado que la guerra, dondequiera que se desarrolle, es siempre una derrota de la humanidad y una herida a la dignidad de toda persona. «Este breve mensaje nace en el corazón de un camino vivido junto a un pueblo que ha soportado durante mucho tiempo el peso de la guerra. Por eso, con mayor convicción aún, me uno al grito de quienes piden la paz y el respeto de toda vida humana, dondequiera que se encuentre».

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