Tour de Francia | Caída de Pogacar y victoria de Abrahamsen antes de los Pirineos

No hay nada peor que darse un castañazo el día antes de que empiecen los Pirineos. Es como recibir un chorro inesperado de agua fría cuando uno se coloca debajo de la ducha una tarde helada de enero. La cadera duele, el brazo que impacta contra el asfalto, también. Las noches son calurosas en Toulouse y todos empiezan a quitar los aires acondicionados de la habitación porque sólo se escuchan toses en el pelotón del Tour de Francia. Otra preocupación.

A los Pirineos llegará de líder este jueves Ben Healy, el ciclista irlandés que sigue los pasos de Sean Kelly, Stephen Roche y Dan Martin, que vive en Andorra, habla castellano y catalán, y elogia en la salida de Toulouse a su joven paisano de 24 años. Lo mismo hace Joxean Fernández, ‘Matxin’, director deportivo de Pogacar. “Nosotros no le hemos regalado el jersey amarillo. Él se lo ha ganado de sobras”. Quizás Hautacam sea el último día en el que Healy lleve la prenda sino se le ocurre convertirse en una especie de Claudio Chiappucci del siglo XXI y repite la táctica de 1990 del ‘Diablo’, como lo llamaron, que amargó la victoria a Greg Lemond casi hasta las puertas de París.

Hautacam se vivirá como la venganza de Pogacar porque ahí lo derrotó Vingegaard la última vez que se subió en 2022. El danés no sólo le ganó la etapa, sino que dejó el Tour sentenciado. El viernes, la cita llega a modo de cronoescalada, la etapa que encanta a Vingegaard porque le recuerda la del Tour de 2023, en los Alpes, donde sacó los colores a su rival esloveno y empezó a cimentar la victoria en París.

Tres días que valen para el fuego de artillería después del fogueo de toda una semana a través de las colinas del norte de Francia y la visita al Macizo Central. ¡Vive le Tour! Llegan los Pirineos, que como dice un viejo proverbio, no se levantaron para separar a Francia de España sino para distinguir a los escaladores del resto de mortales del Tour.

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