En Telde, el número 100 ha cobrado un significado especial este 15 de julio de 2025. La ciudad se ha unido para celebrar el centenario de María Jiménez, más conocida cariñosamente como ‘Mariquita’, una de las vecinas más queridas del barrio de Lomo Cementerio. La ocasión no solo ha sido un cumpleaños: ha sido un homenaje a toda una vida de esfuerzo, familia y arraigo en la comunidad.
La casa de Mariquita amaneció decorada para la celebración. Globos, flores y hasta una gran lona con su rostro daban la bienvenida a los numerosos familiares que desde primeras horas del día comenzaron a llegar. Entre hijos, nietos, biznietos y allegados, más de treinta personas se reunieron para rendir tributo a la matriarca de la familia.
Pero el momento más inesperado llegó al mediodía, cuando el alcalde de Telde, Juan Antonio Peña, apareció en la casa con un ramo de flores y una sonrisa que delataba la complicidad con la familia. El encuentro fue tan natural como emotivo.
«¿Sabe quién soy?», preguntó el regidor al entrar. Mariquita, con esa chispa que la ha acompañado durante un siglo, respondió sin titubear: «¡Claro! Me dijeron que el alcalde venía a verme hoy… así que supongo que será usted», provocando risas y ternura entre los presentes.
Juan Antonio Peña junto con Mariquita Pérez / La Provincia
El alcalde compartió un rato con Mariquita y su familia, escuchando anécdotas de su vida y trasladándole el afecto de toda la ciudad. «Es un privilegio estar con alguien que ha sido testigo de un siglo de historia. Mariquita encarna los valores de esfuerzo, humildad y familia que nos inspiran como comunidad», afirmó Juan Antonio Peña.
Un siglo lleno de salud, raíces y gratitud
Natural del municipio de Moya, Mariquita vivió un tiempo en La Palma antes de asentarse definitivamente en Telde, donde lleva más de 50 años forjando un hogar y dejando huella en el corazón del barrio.
Con nueve hijos, numerosos nietos y biznietos, Mariquita es símbolo de una familia extensa y unida. Y aunque cumplir 100 años es motivo suficiente para celebrar, ella destaca algo más importante: «Lo mejor de estos 100 años es celebrarlo sin enfermedades. No sé lo que es estar tumbada ni enferma», compartió con serenidad y orgullo.
Su lucidez y sentido del humor son la mejor prueba de una vida vivida plenamente. Cuando el alcalde le preguntó si quería aparecer en los medios, ella no dudó: «¡Claro que sí! Que me vean con mis hijos y con todos ustedes», dijo sonriente antes de posar para las fotos rodeada de su familia.