Stellantis se ha retirado oficialmente de China y su empresa conjunta, la joint venture GAC Fiat Chrysler Automobiles (GAC-FCA) -empresa formada por el grupo chino GAC (Guangzhou Automobile Group) y Stellantis- se ha declarado en bancarrota tras no poder afrontar deudas que superaban los 1.000 millones de dólares.
Su alianza con Leapmotor -ajena a esta joint venture- se mantiene intacta, por lo que seguirán apostando por desarrollar junto a ellos en Europa.
Todo llega a su fin
GAC-FCA se estableció en 2010 en Changsha y, en un inicio, prosperó gracias a la producción de vehículos Jeep, alcanzando su pico de ventas en 2017 con más de 205.000 unidades vendidas. No obstante,debido a problemas de calidad, especialmente un defecto de consumo excesivo de aceite en los modelos Jeep, su reputación se vio notablemente dañada en el país asíatico.
Desde 2018 las ventas del grupo comenzaron a bajar notablemente debido a, principalmente, el desarrollo de las marcas de vehículos chinas. GAC-FCA tuvo problemas para adaptarse a los cambios del mercado, particularmente en el segmento de los vehículos eléctricos, ya que mientras fabricantes nacionales como BYD avanzaban en el mercado de eléctricos, GAC-FCA no conseguía introducir productos competitivos.
Con el paso de los años los números fueron descendiendo aún más, llegando a realizar hasta cinco subastas públicas en las que nadie adquiría toda la infraestructura de la empresa en el país asiático, ya que no resulta rentable. En 2021, las ventas anuales cayeron hasta las 20.000 unidades, deteniéndose la producción un año más tarde.
En bancarrota
El Tribunal Popular Intermedio de Changsha declaró en bancarrota a GAC-FCA (GAC Fiat Chrysler Automobiles) el pasado 8 de julio, concluyendo un proceso de liquidación que comenzó hace casi tres años.
En septiembre de 2022, los pasivos de GAC-FCA alcanzaron los 1.100 millones de dólares, superando sus activos de 1.010 millones de dólares. Los intentos de estabilizar la compañía con apoyo financiero de GAC Group y Stellantis resultaban insuficientes, por lo que el final estaba cada vez más cerca.
Por otro lado, los conflictos internos también contribuyeron a esta decadencia: a principios de 2022, Stellantis buscó aumentar su participación en la empresa conjunta (una propuesta a la que se opuso GAC Grou). Este desacuerdo también fue complicando la toma de decisiones y desestabilizando la alianza entre ambas empresas.