Estar informados es importante, pero hacerlo en exceso puede ser perjudicial. Así lo demuestra un estudio publicado en la Spanish Journal of Psychiatry and Mental Health, que analiza cómo distintos hábitos cotidianos impactan en la salud mental de la ciudadanía. Entre los más relevantes, uno destaca por su intensidad y persistencia en el tiempo: leer con frecuencia noticias negativas.
Cuando informarse se convierte en un riesgo emocional
El proyecto RABSYPO, impulsado por el Institut d’Investigacions Biomèdiques August Pi i Sunyer (IDIBAPS) y la Universidad de Barcelona, ha seguido durante un año a una muestra representativa de la población española para estudiar el efecto de diversos hábitos saludables. A diferencia de muchos estudios que ofrecen una fotografía puntual, este se construyó como un seguimiento quincenal y longitudinal, lo que le da mucha más solidez científica.
Si estamos expuestos continuamente a noticias negativas, es probable que nuestra forma de percibir la realidad también se oscurezca
“Nuestra visión del mundo cambia constantemente según la información que recibimos”, explica Joaquim Raduà, investigador del estudio. “Si estamos expuestos continuamente a noticias negativas, es probable que nuestra forma de percibir la realidad también se oscurezca, y eso impacta en nuestro estado emocional”.
Riesgo de colapso
Hace unos meses, en SanaMente, la psicóloga Lídia Rius y el profesor Carles Pont ya advertían del colapso emocional que puede generar una dieta mediática basada en mensajes alarmistas. Ahora, esta nueva investigación lo confirma con datos: el exceso de noticias negativas aumenta la ansiedad y la depresión, y el efecto puede mantenerse durante semanas.
La tentación del clic
Los investigadores advierten que no se trata de dejar de informarse, sino de hacerlo con criterio. “En nuestro estudio no preguntábamos por el número exacto de minutos de exposición, sino por si las personas sentían que se estaban sobreexponiendo”, matiza Raduà.
El problema no son solo los medios, sino también las redes sociales, donde el bombardeo constante de información y el algoritmo pueden tener un efecto adictivo. “Las redes detectan rápidamente qué tipo de contenido nos engancha y nos ofrecen más de lo mismo, sin ética, generando una visión distorsionada y polarizada del mundo”, alerta el psiquiatra.
Este fenómeno no afecta solo a adolescentes o colectivos vulnerables. “Las personas adultas también estamos expuestas y también somos víctimas”, añade.
Claves para protegerse sin desconectarse
Como ciudadanía, tenemos margen de actuación, según los autores. “Lo más importante es encontrar el equilibrio”, insiste Raduà. Eso implica limitar el tiempo que dedicamos a leer noticias, diversificar las fuentes y exponernos también a información constructiva o en positivo. “No se trata de vivir engañados, sino de evitar el exceso”, resume el investigador.
No se trata de vivir engañados, sino de evitar el exceso
Los medios, por su parte, también pueden contribuir a reducir el malestar emocional, evitando la saturación de noticias negativas y promoviendo una información más equilibrada, contextualizada y honesta. “Hay que ser conscientes del impacto que puede tener nuestro contenido. No deberíamos caer en la tentación de generar clics a cualquier precio”, afirma Raduà.
Repensar la dieta informativa
En un momento histórico marcado por crisis sucesivas —sanitarias, bélicas, climáticas—, el conocimiento científico nos da herramientas para cuidarnos. El estudio también señala otros hábitos beneficiosos, como hacer ejercicio, mantener una dieta equilibrada o pasar tiempo al aire libre. Pero el consumo informativo, a menudo infravalorado, emerge como un factor clave a tener en cuenta.
“A veces pensamos en salud mental solo desde el tratamiento, pero también hay mucho por hacer en prevención”, concluye Raduà. Y cuidar nuestra dieta mediática —como cuidamos lo que comemos o lo que respiramos— puede ser un primer paso.
Hábitos para reducir la ansiedad y la depresión
–Dieta equilibrada: Reduce la ansiedad y la depresión a corto y largo plazo
-Ejercicio físico regular: Beneficios como la dieta, más relajación y menos síntomas depresivos
–Limitar exceso de noticias negativas: Evita el aumento sostenido de ansiedad y depresión
–Pasar tiempo al aire libre: Mejora el estado de ánimo y favorece la relajación
-Realizar actividades relajantes: Reducie la ansiedad de forma inmediata
-Beber suficiente agua: Puede aliviar la sensación de depresión a corto plazo
-Socializar con frecuencia: Tiene efectos positivos sobre la ansiedad y la depresión a largo plazo.
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