Lo primero que hizo Manu Chao al llegar al Auditorio Natural de Lanuza la primera vez (y hasta hoy la única) que actuó en Pirineos Sur fue encargar a la gente de su equipo que empezara a tapar los logos del escenario con unas telas negras. Nada de marcas comerciales en su concierto en esa decisión al que al final tiene que acabar enfrentándose un anticapitalista combativo como él en un mundo del siglo XXI. No pudo hacerlo con algunos de ellos porque el director del festival entonces, Luis Calvo, le dejó claro que, entre otros, el de la Diputación Provincial de Huesca se quedaba donde estaba, que era el organizador del festival y el que (por eso de las dos caras del discurso que hablábamos antes) le pagaba el caché de su actuación de esa noche.
Aunque Pirineos Sur celebraba en aquel 2012 su vigésimo primera edición, por raro que parezca, Manu Chao había sido hasta entonces el sueño prohibido de sus promotores, lo habían intentado una y otra vez sin conseguirlo… hasta que se juntaron los astros y el músico decidió salir de su esperado letargo veraniego por sorpresa con dos conciertos (el de Lanuza y otro en Sant Feliu de Guíxols) para volver al ‘retiro’.
13 años después, en ‘acústico’
Trece años después, Manu Chao regresa al Auditorio Natural de Lanuza (22.00 horas) a un festival que ha dado un giro buscando atraer a un público más amplio, pero que, curiosamente, con una apuesta genuina espera vivir su primer ‘sold out’ de este año (apenas quedan unas entradas a la venta). Lo hace con su espectáculo ‘Ultra acústico’, que es el que está moviendo en los últimos tiempos (estuvo en dos ocasiones hace dos años, por ejemplo, en la sala Oasis de Zaragoza) y en el que, asegura, «celebra la música como herramienta de resistencia y encuentro» repasando las mejores canciones de su larga trayectoria.
En 2012 (por cierto, el concierto también fue en miércoles), fueron 5.550 los espectadores que llenaron el Auditorio de Lanuza. De aquel concierto, el crítico de EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, Javier Losilla, escribió: «Pocos dan tanto con tan poco; pocos pueden mantener el tipo más de dos horas y hacer que los espectadores quieran más y más; pocos pueden presumir de un público que recorrería lo indecible para asistir a uno de sus conciertos…».