En muchos hogares, sobre todo en los países occidentales, la escena es habitual, niños corriendo por el pasillo con zapatillas o calzado blando. Un gesto cotidiano que, sin embargo, puede estar interfiriendo con su desarrollo motor natural. La recomendación de algunos pediatras es clara: cuando estén en casa, mejor descalzos.
El pediatra @pediatragentile, conocido por divulgar con base científica en redes sociales, lo resume en tres argumentos sencillos pero contundentes. “No se recomienda el uso de calzado dentro del hogar. Hay tres razones fundamentales para que los niños estén descalzos en casa: mejora la propiocepción, favorece el crecimiento natural del pie y fortalece el equilibrio y la musculatura.”
Estudios recientes avalan esta práctica. Aunque el calzado es imprescindible en el exterior por motivos de seguridad e higiene, las investigaciones señalan que las actividades físicas sin zapatos pueden ser muy beneficiosas para el desarrollo motor, especialmente en la infancia.
Entre los 6 y los 10 años, etapas clave en la adquisición de coordinación, equilibrio y fuerza, caminar o jugar descalzo mejora la capacidad de salto y la estabilidad general.
Caminar descalzo ayuda al desarrollo del pie / Integra Salud Talavera
¿Por qué es mejor estar descalzo?
- Mejora la propiocepción: al pisar directamente sobre diferentes superficies, los niños reciben información sensorial rica y variada: rugosidades, temperaturas, texturas. Esa percepción directa favorece la propiocepción, es decir, la capacidad del cuerpo de ubicarse y responder al entorno de forma automática y eficaz. Caminar descalzo afina la sensibilidad del pie y su conexión con el resto del cuerpo.
- Favorece un crecimiento sano del pie: el pie infantil necesita libertad. El calzado, especialmente si es rígido o estrecho, puede restringir el desarrollo natural de los huesos, ligamentos y músculos. Estar descalzo permite que el pie crezca según su forma original, sin interferencias. Esto reduce el riesgo de malformaciones y alteraciones posturales en el futuro.
- Fortalece la musculatura y el equilibrio: cuando el pie trabaja sin barreras, se activa completamente. Cada paso ejercita el arco plantar, los tobillos, los dedos y las piernas. Todo esto refuerza la musculatura y mejora el equilibrio, dos elementos clave para prevenir caídas, mejorar la postura y ganar autonomía motriz.
No es solo salud: es cultura y bienestar
Estar descalzo en casa no es una rareza universal. En muchos países de Asia y Oriente Medio, así como en los países nórdicos, es un gesto habitual y socialmente integrado. Quitar los zapatos al entrar en casa forma parte del ritual de cuidado del espacio doméstico, asociado a la higiene, el respeto y el bienestar.
En cambio, en muchos hogares occidentales sigue siendo una costumbre poco extendida, y en algunos contextos, incluso mal vista. Sin embargo, esta práctica milenaria, además de beneficiosa para el desarrollo físico, también estimula un estilo de vida más consciente, libre y natural.
Precisamente en ese momento es cuando estar descalzo es más importante que nunca. Durante los primeros pasos, el pie necesita sentir el suelo para ganar confianza y adaptarse al movimiento.
Evitar el calzado en casa ayuda a que el niño desarrolle su propio patrón de marcha, sin rigideces ni correcciones externas. En superficies seguras, estar descalzo es la mejor opción.