Un estudio que involucró a más de 10.000 voluntarios de 50 años o más ha demostrado que las personas con mayor bienestar obtienen mejores resultados en las pruebas de memoria a medida que envejecen.
Se sabe que la salud mental y emocional desempeñan un papel clave en el mantenimiento de nuestras capacidades cognitivas a lo largo de toda la vida, pero nuevos esfuerzos están verificando científicamente esta asociación intuitiva. Un estudio liderado por la Universidad de Liverpool, en el Reino Unido, ha analizado durante 16 años a más de 10.000 personas de 50 años o más, sugiriendo que quienes experimentan niveles más altos de bienestar mejoran su memoria a una edad avanzada.
Según la investigación, publicada en la revista Aging & Mental Health, los científicos se basaron concretamente en datos de 10.760 adultos británicos que participaron en el English Longitudinal Study of Ageing (ELSA), un seguimiento que recogió información sobre bienestar psicológico y desempeño en tareas de memoria cada dos años, desde 2002 hasta 2018. El análisis incluyó a un equipo interdisciplinario de 15 expertos del Reino Unido, Estados Unidos y España, y controló factores como la depresión, la edad, el sexo y el nivel socioeconómico.
Datos concretos
Los hallazgos muestran que un mayor bienestar, medido a través de la autopercepción de felicidad, control, independencia y satisfacción vital, se asocia con puntuaciones más altas en pruebas de memoria y retención de información. De acuerdo a una nota de prensa, este efecto, aunque moderado, resultó estadísticamente significativo y se mantuvo incluso tras ajustar los resultados por síntomas depresivos. Esto indica, marcando una conclusión clave, que el bienestar podría influir en la memoria de forma independiente al estado de ánimo.
En sentido contrario, el estudio no halló evidencias en torno a que un mejor rendimiento en memoria conduzca posteriormente a un mayor bienestar, reforzando la hipótesis que sostiene que la relación es predominantemente unidireccional. “En el contexto de una población que envejece, comprender los factores que protegen y mantienen la función cognitiva saludable es fundamental para la salud pública y el diseño de políticas”, explicó en el comunicado la Dra. Amber John, autora principal del estudio.
Referencia
Wellbeing and memory function: testing bidirectional associations in the English Longitudinal Study of Ageing (ELSA). Amber John et al. Aging & Mental Health (2025). DOI:https://doi.org/10.1080/13607863.2025.2468408
Una visión holística
Por otro lado, el profesor Christian van Nieuwerburgh, de la RCSI University of Medicine and Health Sciences, en Irlanda, recoge estos resultados en un artículo publicado en The Conversation. Allí enfatiza que, pese a las limitaciones de los autoinformes de bienestar y la simplicidad de las pruebas de memoria, encontrar esta firme asociación abre la puerta a intervenciones sencillas para mejorar la calidad de vida y la función cognitiva a largo plazo.
En definitiva, los hallazgos refuerzan la visión holística de la salud cerebral, donde los factores psicológicos y sociales desempeñan un papel tan relevante como los biológicos. Esto indica que una vida saludable y atender a nuestras necesidades internas puede ser crucial para preservar intacta nuestra memoria hasta una edad avanzada.