Los humanos dominan desde hace tiempo el arte de expresar sus deseos, necesidades e intenciones mediante el lenguaje y los gestos. Un comportamiento similar se observa también en primates no humanos, quienes utilizan gestos complejos para expresarse. Pero ¿se da también esta situación en animales más allá de los primates?
Un estudio reciente ha brindado la primera evidencia de que, en presencia de un público visualmente atento, los elefantes son capaces de utilizar una amplia gama de gestos para expresar sus deseos. Los hallazgos de esta investigación se han publicado en la revista Royal Society Open Science.
Para comprobar si los elefantes gesticulan intencionadamente para comunicar sus objetivos, los investigadores presentaron a 17 elefantes de la sabana africana semicautivos en Zimbabue dos bandejas: una con seis manzanas (el objeto deseado) y la otra vacía (el objeto no deseado).
Elefante africano con una de sus crías / Getty
Sus intentos de comunicarse con los científicos terminaron en tres escenarios diferentes. El primero consistió en una comunicación con éxito y el científico les dio las seis manzanas. El segundo caso se daba cuando no se veían cumplidos sus objetivos y se les dio la bandeja vacía. El tercero fue cuando se cumplieron parcialmente y solo recibieron una manzana de la bandeja.
Gestos dirigidos al humano que les observa
Durante todo este proceso, se observó que los elefantes mostraron una clara intencionalidad dirigida a un objetivo, ya que sus gestos se dirigían únicamente a un humano atento o al objeto que deseaban, nunca a un objeto irrelevante.
Cuando no se cumplían sus objetivos, los elefantes se volvieron creativos e idearon nuevos gestos para transmitir su mensaje en lugar de repetir las mismas acciones.
La intencionalidad de la comunicación se considera un factor que distingue el lenguaje humano de otras formas de comunicación animal. Nuestras palabras y gestos se dirigen a alguien para lograr un objetivo determinado, que puede ser tan simple como saludar o bien alcanzar situaciones más complejas, como negociar un alquiler.

Los elefantes saben gesticular ante humanos para pedirles cosas / Agencias
Los científicos suelen clasificar la intencionalidad en diferentes niveles de complejidad. La forma más simple es la intencionalidad de orden cero, que se refiere a las reacciones producidas en respuesta a estímulos básicos, como el dolor o el tacto. El siguiente nivel es la intencionalidad de primer orden, o dirigida a un objetivo, donde la comunicación se utiliza deliberadamente para influir en el comportamiento de alguien. La más compleja es la intencionalidad de segundo orden, donde la comunicación tiene como objetivo cambiar la opinión de alguien.
Si bien varios estudios han demostrado que los simios no humanos utilizan gestos con intencionalidad de primer orden, hasta ahora se sabía muy poco sobre comportamientos similares en animales no primates.
Dadas las complejas estructuras sociales y las avanzadas capacidades cognitivas de los animales, los investigadores decidieron investigar su capacidad para gesticular con intencionalidad.
38 tipos diferentes de gestos
En el experimento con los elefantes, se observaron 38 tipos de gestos diferentes y un total de 313 muestras de gestos (cada instancia individual de un gesto utilizado) en los 17 ejemplares semicautivos que participaron en la investigación.
Los animales utilizaban gestos para comunicar su deseo de obtener las manzanas solo cuando un humano visualmente atento estaba presente cerca de ellos.
Eran más propensos a continuar gesticulando cuando su objetivo se cumplía solo parcialmente, como recibir algunas manzanas, pero no todas, que cuando estaban completamente satisfechos. Además, los elefantes intensificaron sus gestos cuando no lograron su objetivo, en comparación con cuando lo lograron por completo.
Este estudio establece la existencia de comunicación dirigida a objetivos en elefantes en semicautividad. Los investigadores impulsan futuras investigaciones para explorar la intencionalidad en otras especies altamente sociales con un amplio repertorio de señales o gestos, con el fin de profundizar nuestra comprensión de cómo pudo haber evolucionado esta capacidad.