Cole Palmer fue el gran nombre propio de la final del Mundial de Clubes. El centrocampista ofensivo del Chelsea, autor de un doblete y una asistencia en la contundente victoria por 3-0 ante el Paris Saint-Germain, fue elegido como el mejor jugador del torneo. Su actuación en la final fue simplemente decisiva: rompió líneas, generó peligro constante y lideró con personalidad a los ‘blues’ en un escenario de máxima exigencia.
El dorsal ‘10’ del conjunto londinense cerró su participación en el torneo con unos números brillantes: 3 goles y 2 asistencias, sumando también el tanto que le anotó a Palmeiras en cuartos de final y el pase de gol ante el Benfica en semifinales. Su impacto en este nuevo formato del Mundial de Clubes ha sido tan rotundo como el que ha tenido a lo largo de toda la temporada. En total, Palmer acumula ya 15 goles y 11 asistencias entre todas las competiciones con el Chelsea.
El premio al mejor jugador joven del campeonato fue para Désiré Doué. El atacante del PSG deslumbró por momentos con su descaro, capacidad de desborde y personalidad. A sus 19 años, el futbolista francés se consolidó como una de las joyas a seguir del fútbol europeo, aunque no pudo evitar la decepcionante derrota de su equipo en la gran final.
Otro de los grandes protagonistas del Chelsea fue el español Robert Sánchez. El guardameta fue reconocido como el mejor portero del torneo gracias a sus intervenciones clave en los momentos más complicados, especialmente en la final ante el PSG. Su seguridad bajo palos fue un pilar para los de Maresca durante todo el campeonato.
Por último, el máximo goleador del torneo fue Gonzalo García. El canterano del Real Madrid se llevó la Bota de Oro tras firmar 4 goles y una asistencia. Lo hizo en apenas tres partidos, antes de que el equipo de Xabi Alonso cayera eliminado a manos del PSG en semifinales. A pesar de no disputar la final, su eficacia de cara al gol y su rendimiento en cada encuentro le permitieron terminar en lo más alto de la tabla de artilleros.